miércoles, 29 de diciembre de 2010

Parque Nacional Isla de Coco



Entre la isla Felicite y las islas Sister, cerca de Praslin, emerge la pequeña isla de Coco. Si tuviéramos que dibujar la isla de un náufrago seguramente coincidiría con la imagen de isla de Coco, un saliente rocoso con unas pocas palmeras que afloran del Índico. Sería algo así como el símbolo que se emplea habitualmente en los mapas para dibujar una isla. En realidad son tres pequeños islotes en los que poco importa la escasa superficie emergida, pues el verdadero valor medioambiental de este espacio natural protegido se encuentra bajo el agua. La isla estuvo cerrada durante 10 años lo que permitió la regeneración de un fondo marino ya de por si enormemente rico y variado. Se trata de un parque nacional marino formado por una barrera de coral espectacular y con fondos rocosos y arenosos.


La primera vez que vi isla de Coco fue desde el aire, en un vuelo en helicóptero sobre Praslin y las islas circundantes. Me llamó la atención el perfil singular de la isla pero sobretodo la existencia de un enorme banco de peces y la gran “expectación” que el cardumen había levantado entre sus predadores. Alrededor de la mancha blanca con forma espiral, nadaban un buen número de tiburones martillo y un enorme tiburón ballena. El avistamiento me pilló de improviso, así que la foto con la que acompaño al post no se caracteriza por la nitidez de lo que os cuento. El banco de peces se ve y el resto a su izquierda… se intuye (creo).


Unos meses más tarde volvía a Isla de Coco, esta vez navegando. A bordo de un velero llegué frente al idílico islote para disfrutar de su fondo marino. Es una de las excursiones que se pueden contratar con facilidad en Praslin para ir a hacer snorkeling y bucear (media jornada). Y allí estaba yo, con gafas y aletas para dar buena cuenta de la belleza submarina. El debut no pudo ser mejor pues fue meter la cabeza en el agua y venir a saludarme una tortuga carey que nadó junto a mi casi 5 minutos. Después de este soñado comienzo, pasé una hora disfrutando de los invertebrados y peces de mil colores que nadaban en el arrecife. Es una zona expuesta a las corrientes, así que hay que tener cierta precaución. Sin más problema que éste, os costará sacar la cabeza del agua ante tanta vida y belleza submarina.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Parque Nacional Praslin y los gigantescos cocos de mer en el valle de Mai


El parque nacional Praslin ocupa 330 hectáreas selváticas en el interior de la isla homónima. De superficie irregular y montañosa incluye los 367 metros del cerro más alto de la isla. El parque es célebre por una interesante comunidad de aves endémicas pero sobretodo porque aquí crece el mayor bosque natural de palmeras Coco de Mer, que dan los cocos más curiosos y grandes del mundo.


El corazón del palmeral se encuentra en el valle de Mai y está protegido además como Reserva Natural. Se visita a través de una pequeña red de senderos de corta duración que permiten adentrarse en este mundo singular de palmeras endémicas de las islas Seychelles. Existe un sendero circular que recorre el interior del bosque mostrando mediante carteles y paneles explicativos, los diferentes aspectos de la biología del Coco de Mer (Lodoicia maldivica). Es probablemente la planta con mayor connotación erótica de cuantas existen en el mundo pues la forma y aspecto de las flores masculinas y femeninas no pueden ser más explícitas. El más llamativo es el femenino, que tarda en formarse alrededor de 7 años desde su germinación y que puede alcanzar un peso superior a 25 kilogramos.


A lo largo del sendero se observan también las inflorescencias masculinas y otras palmeras como el zak y varias palmeras y plantas endémicas más. 
El coco –fruto femenino- es el símbolo del país y como tal os lo estamparán en el pasaporte a la llegada. La exportación de estos cocos está totalmente prohibida y sólo se pueden sacar del país aquellos que atesoran certificado de autenticidad del Gobierno de Seychelles. Por cierto que un coco supera puede costar más de 200 dólares.



El parque nacional Praslin alberga también alguna cascada, cuevas, y una cobertura vegetal de bosque mixto secundario en el que habitan especies de aves tan interesantes como el loro negro (que tiene en este espacio natural protegido su principal área de cría y alimentación). Está presente sólo en Praslin y Curieuse y es el ave nacional de Seychelles (población estimada de 100 parejas). En una cavidad del parque anida la población del vencejo endémico Collocalia elaphra (60-80 parejas). Al parque se accede fácilmente desde la carretera que cruza la isla de sur a norte. Destaca también una buena representación de anfibios y reptiles endémicos.


La reserva natural del Valle de Mai está declarada Patrimonio de la Humanidad desde 1983, cinco años después de la declaración del parque nacional Praslin.


miércoles, 22 de diciembre de 2010

Parque nacional marino Curieuse y las tortugas de Seychelles


La isla de Curieuse, en las islas Seychelles, es una pequeña isla emplazada frente a la costa noroccidental de Praslin, declarada parque nacional en 1979.
Tres son los colores que la definen: el rojo de sus tierras, el verde de sus palmerales de coco de mer, y el azul –en infinidad de tonos- de sus paradisíacas aguas. Podemos añadir el color gris del granito que aflora también en el paisaje de la isla.
Se trata de un verdadero santuario para los tortugas marinas… y terrestres. También abundan las aves, como el raro loro negro de Seychelles (Coracopis barklyi nigra).


Vive en la isla un población que ronda las 500 tortugas gigantes de Aldabra, que llevan el nombre de la especie de tortuga terrestre gigante que habita las Seychelles y que vive en estado original en el atolón de Aldabra, al sur de la isla principal. La mayor cantidad de las tortugas terrestres de Curieuse viven en la mitad norte de la isla.

El desembarco se realiza en la pequeña bahía de Baie Laraire en cuyas aguas poco profundas nadan un buen número de peces loro. Una vez en tierra, junto al centro de investigación del parque (dedicado como no podía ser menos a las tortugas) el sendero principal lleva a través de un puente colgante que salva el manglar, hasta la playa de San José (anse San Jose), junto a la Casa del Doctor (antigua leprosería). Las playas de Curieuse son un paraíso para diferentes especies de tortuga marina, fundamentalmente la tortuga laud que viene a desovar a esta isla, como lo hace también a la vecina isla de Cousin. El sendero bordea la playa hacia el norte (Pointe Caiman) y se dirige hacia la playa septentrional de Anse Badamier para regresar al centro de investigación del proyecto de Conservación de las tortugas, junto al que hemos desembarcado. En el Centro existen diferentes paneles (muy artísticos y auténticos por cierto) que informan sobre las diferencias biológicas según sexo y el ciclo vital de las tortugas.


Se trata de una excursión habitual de media jornada entre las empresas y agencias locales y por lo general parten de L’Hirondelle, en Praslin, y terminan en la paradisíaca Bonbon Plume, también en Praslin. También se puede enlazar con una visita a la cercana reserva de Cousin.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Aves y tortugas carey en la Reserva Especial de Cousin



El servicio de Parques Nacionales del Gobierno de Seychelles declaró la pequeña isla de Cousin en 1974 como Reserva Especial por su extraordinario valor medioambiental, con el objetivo de proteger algunas especies de aves. Se trata también de uno de los principales sitios de cría de tortuga carey en el Índico y además conserva, junto a Praslin, bosques originales de coco de mer. Su gestión (comunidad local de Praslin) ha recibido diferentes premios de conservación y ecoturismo. El acceso a la isla sólo es posible de lunes a viernes entre las 10 de la mañana y el mediodía. Recibe unos 10.000 visitantes/año. Sin duda hay que salvaguardar esta maravilla.




Se trata de una isla pequeña, de apenas 27 hectáreas (3 kilómetros de ancho por 1,5 de largo), pero de una importancia mayúscula para la fauna de Seychelles. Recuerdo ver su silueta desde la vecina isla de Praslin. Apenas dista 2 kilómetros y se observa cercana, con un perfil poco emergente (34 metros en su punto más elevado). Me habían hablado de ella pero no pensaba que estaba tan cerca de este paraíso natural. Es una isla granítica de excepcional belleza a la que si Robinson Crusoe llegara, probablemente no querría marcharse.
Y hablando de llegadas, el acceso a la isla es la primera sorpresa de la visita. Cousin se suele ofrecer por las agencias locales como complemento a la excursión del parque nacional de la isla de Curieuse. Los barcos deben fondear a cierta distancia de la costa y los pasajeros/visitantes son transportados por las barcas locales de la Reserva. Como digo, el acceso no puede ser más espectacular; cuando estamos disfrutando de un color de agua prístino y viendo sus arenas inmaculadas, llama la atención la ausencia de muelle o puertecito para echar pie a tierra. En efecto, el desembarco se produce casi al estilo pirata, cogiendo velocidad y encayando directamente en la arena. ¡Agárrense fuerte! advierte el guía, y de pronto vemos cómo la lancha se dirige a toda velocidad hacia la playa. Ni James Bond.





Una vez en la playa existe una pequeña cabaña en la que protegerse del fuerte sol y atender las explicaciones del guía. Después, es hora de recorrer el sendero que se adentra en el bosque en busca de aves y tortugas. En Cousin viven algunas tortugas terrestres gigantes de Aldabra pero desde el punto de vista de estos reptiles, la isla es importante sobretodo por las tortugas marinas. Es uno de los lugares de cría más importante para la tortuga carey en todo el océano Índico y el único lugar del mundo en el que desovan a plena luz del día. No será difícil toparnos con alguna realizando la puesta en la seguridad del bosque, al borde de la playa. Una playa que sirve de posadero a bandos de miles de aves marinas, al igual que los islotes rocosos frente a la playa principal y especialmente el propio bosque de Cousin (en el que crecen mapous, moras indias y Bwa sousori), que alberga una importante colonia de fodies, pájaros tropicales y aves terrestres. Entre las especies más relevantes que crían y habitan en Cousin se encuentran: dos especies de pardelas (Audobon y cola cuña), charranes de cola blanca, y cinco de los once endemismos terrestres de Seychelles (urraca, curruca, seychelles sunbird, fody, y paloma azul). Aquí vive la última población de reinita de Seychelles.
En total casi medio millón de aves se concentran en la reserva.





Durante el paseo, que no lleva más de 45 minutos, sorprende la cantidad de reptiles que nos toparemos en el camino. Existen 4 especies de lagartijas endémicas (dos de eslizón) y geckos. No es de extrañar que nos cuente el guía que la isla presenta una de las mayores densidades de reptiles del mundo. Todos inofensivos.



El sendero accede hasta la parte más alta de la isla y ofrece una panorámica circular sin parangón. Una visita, en su conjunto, absolutamente indispensable desde el punto de vista de la naturaleza de Seychelles. Magnífica.


viernes, 17 de diciembre de 2010

Lemuria Resort, durmiendo en el paraíso


Parque nacional Praslin, Isla de Praslin. Seychelles.

Antes de continuar publicando post de Seychelles es imprescindible recomendaros un lugar en el que alojarse y sirva de punto de partida para visitar los principales puntos de interés ecoturístico de la isla. En este sentido hay dos islas que por su emplazamiento se antojan como la mejor alternativa: Praslin y La Digue. En la primera la mejor opción es el Lemuria Resort (uno de los mejores de Seychelles). En la Digue no existen alojamientos lujosos, es una isla más “informal”, diferente en cualquier caso al resto, y en la que las opciones de alojamiento están más en la línea de las pequeñas casas rurales y hotelitos de playa.


El hotel Lemuria Resort es un hotelazo en toda regla. Personalmente creo que refleja a la perfección o que significa lujo y comodidad integrado en el medio ambiente. Dirección y servicio francés. Cuenta con todo lo necesario para olvidarse del mundo por unos días pero a la vez está magníficamente situado para realizar algunas de las mejores excursiones: Valle de Mai, Grand Ansé, islas de Cousin, Curieuse, Mahe y La Digue, etc.
Para llegar al hotel es preciso tomar un vuelo (20 minutos) entre la isla principal, Mahe (en la que abundan los hoteles 5 estrellas) y Praslin. Desde Mahe habría que tomarlo igualmente a la hora de hacer casi cualquier excursión.


El hotel se encuentra, como no podía ser menos a pie de playa. De tres playas para ser exactos. La playa trasera, junto al campo de golf es espectacular y solitaria. Se llega caminando o los empleados te acercan en boggie.
Cuenta con varios restaurantes y una piscina de horizonte fantástica. Todos los servicios propios del relax y el lujo (spa, tratamientos, etc.).
Las habitaciones son muy amplias y se disponen en pequeños bungalows pareados, una habitación en planta superior y otra en planta inferior. Acceso directo al jardín y la playa.
Se trata de un hotel caro, por supuesto, pero ya que uno está en el paraíso de las Seychelles…



Éstas son mis valoraciones:

Situación: 10
Accesos: 6
Tranquilidad: 9
Arquitectura: 7
Ambiente: 8
Habitaciones: 9
Zonas comunes: 8
Gastronomía: 8
Servicio: 9
Servicio guías:
Integración Naturaleza: 8

Valoración general: 9

Web hotel

jueves, 16 de diciembre de 2010

Las tortugas gigantes de las islas Seychelles


Durante el siglo XIX fueron el alimento preferido para infinidad de embarcaciones que recalaban en las islas Galápagos, Seychelles y el archipiélago de las Mascareñas, cuyas tripulaciones las cargaban por miles en las cubiertas y las mantenían vivas como reserva de carne fresca durante la navegación. Fruto de ello en la actualidad las tortugas terrestres gigantes se encuentran en peligro de extinción. Existen varias subespecies, casi una por isla donde se encuentra. En ocasiones más de una subespecie por isla. A pesar de la criba que sufrieron antaño todavía hoy es posible contemplar de cerca estos gigantes con caparazón que pesan más de un cuarto de tonelada y llegan a vivir más de 150 años.



La mayoría se encuentran en el archipiélago que lleva su nombre, las islas Galápagos, pero todavía quedan algunas otras –muy pocas- en el Índico. Los ejemplares de isla Mauricio se cuentan con una mano y están recluidos en el parque nacional Rivière Noire, mientras que la mayor población de este océano -y segunda población mundial más numerosa-, se localiza en las islas Seychelles. La mayor parte de la población de galápagos de Seychelles vive en el recóndito grupo de islas de Aldabra, al sur del archipiélago y declarado Patrimonio Natural de la Humanidad. Otras pequeñas poblaciones están presentes en algunas de las islas más accesibles como Mahe (isla principal) y las islas de Curieuse (ambas fotos) y Cousin, ambas frente a la isla de Praslin. Acercarse hasta estas últimas es muy sencillo. Es una excursión que ofrecen las agencias locales. Basta con poner un pie en la playa y caminar unos metros hacia tierra firme. Pronto encontraremos a nuestras amigas las tortugas terrestres gigantes, a las que es sencillo fotografiar y acercarse hasta casi tocarlos (es parque nacional y no se pueden tocar). Curieuse y Cousin son hogar también de infinidad de especies de aves y de tortugas marinas que vienen cada año a desovar en sus playas.

martes, 14 de diciembre de 2010

Seychelles, paraíso natural


Seguro que también os pasa a muchos de vosotros. Seychelles es uno de esos destinos en los que, sin conocerlo, suena a destino de recién casado con hotel coqueto y una buena playa de arena blanca. No vais desencaminados. El día que pisé por primera vez este archipiélago del Índico me di cuenta de que estaba equivocado. De que ésa es sólo la puerta de entrada comercial a un destino de naturaleza en toda regla. Un verdadero paraíso del mundo y un deleite para los sentidos y la fotografía.


Las playas, por supuesto, están (¡¡y qué playas!!) pero con lo que no cuenta casi nadie es con el resto de valores naturales que atesora el archipiélago: islas donde sólo habitan pájaros, otras donde crían tortugas marinas, arrecifes coralinos, mares ricos en cetáceos y escualos, atolones donde se mueven a sus anchas las tortugas terrestres gigantes, aves del paraíso, selvas en las que crecen los cocos más raros y grandes del mundo… Si me acompañáis, los próximos días os mostraré cómo es el paraíso natural de las islas Seychelles.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Los últimos cernícalos de Mauricio



En isla Mauricio existen diferentes enclaves, parques naturales y proyectos de ecoturismo: Le Domaine de Anse Jonchée, el Domaine de L’Etolie, el Domaine Les Pailles, la fotogénica Isla de los Ciervos, etc. son algunos de ellos. Le Domaine de Valriche por ejemplo está gestionado por la Mauritius Wildlife Foundation.
Entre unos y otros protegen y muestran al visitante paisajes prístinos en los que viven monos, ciervos de Java, y un sinfín de aves desde hábitat selváticos hasta playas paradisíacas.



Otro de estos enclaves en los que colabora Mauritius Wildlife Foundation es el del valle de Ferney. Aquí se encuentra uno de los mejores ejemplos de bosque autóctono de la isla. Se trata de un área protegida de 200 hectáreas en las que viven algunas de las plantas endémicas más escasas de Mauricio (clavo de madera, loro de madera, Vacoas, Bois Poupart, espnja de madera, etc.) y especies de aves tan escasas y exclusivas como el cernícalo de Mauricio o Crecerelle (Falco punctatus), que llegó a ser considerada en 1974 como el ave más rara del mundo, aunque corrió mejor suerte que el extinto Dodo y hoy vuelan los cielos de la isla entorno a mil ejemplares.
Un sendero guiado de 90 minutos de duración permite conocer este bello enclave natural.


sábado, 11 de diciembre de 2010

Parque nacional Rivière Noire


Aunque el principal aliciente turístico se encuentra en su cristalino litoral y el arrecife de coral de 300 kilómetros que bordea el país, Mauricio es una isla exuberante, con rincones de gran belleza en un interior de selva y caña de azúcar. El enclave más sobresaliente desde el punto de vista natural es el parque nacional Rivière Noire, situado al suroeste de Curepipe y al pie del cerro Rivière Noire de 828 metros (máxima altura de la isla). En esta zona de alto valor ambiental sorprende un paisaje variado en el que destacan dos puntos por encima del resto: la cascada de Chamarel y la Tierra de Siete Colores. A la cascada se accede por carretera. Se trata del principal salto de agua del país, con 83 metros de altura.
La Tierra de Siete Colores (cerca de Case Royale), a la que también se llega por asfalto, debe su nombre a la policromía que adquieren la tierra volcánica desnuda y sus diferentes tonalidades con la insolación.
La mayoría de senderos que recorren este espacio natural protegido parten del Plain Champagne.



Fuera de este parque nacional, una visita muy recomendable se encuentra en la capital, Port Louis. Allí está el jardín botánico Sir Seewoosagur Ramgoolan, también llamado Jardín Botánico de Pamplemousses. En él crecen árboles y plantas de especias –Mauricio es punto clave en la Ruta de las Especias- y nenúfares gigantes, lirios acuáticos y varias especies de palmeras.  


Volviendo a la Riviere Noire, allí, junto a la explanada frente a la Tierra de Siete Colores se encuentra también un pequeño recinto en el que viven algunas tortugas gigantes, las mismas que lo hacen, en libertad, en las islas Galápagos y -mucho más cerca-, en las vecinas islas Seychelles. Hacia allí me dirijo, pero antes una última parada en un sitio espectacular de Mauricio donde habitan monos y uno de los iconos de la isla: el cernícalo de Mauricio…

lunes, 6 de diciembre de 2010

Mauricio, la isla de los Dodos


En pleno Índico y muy cerca de Madagascar, se encuentra la mayor de las islas Mascareñas: isla Mauricio, que ha venido abriéndose un hueco importante en los destinos turísticos. Hasta este litoral de ensueño viene la gente buscando playas paradisíacas (que las tiene) y poco más. Precisamente tiene bastante más que playas en este litoral de ensueño. El parque nacional de la Riviere Noire, con su tierra volcánica de Siete Colores y la cascada de Chamarel ocupa el centro de la isla. Al norte se encuentra Port Louis, la capital, y el jardín botánico de Pamplemousses, uno de los más sobresalientes del mundo, y al sur la península de Le Morne (foto). En la península destaca por sus 250 metros llenos de historia la cima en forma de tarta llamada montaña de Le Morne. Cuenta la historia y la leyenda que desde el alto se suicidaron los últimos esclavos de Mauricio, refugiados aquí en su huida y quienes se lanzaron al vacío ante la llegada de los colonos sin saber que éstos venían en realidad a comunicarles que la esclavitud había sido abolida. Todo un símbolo en la isla que ha sido protegido por la UNESCO. A los pies de la montaña se encuentran los hoteles Dinarobine y Paradis, dos lujosas opciones de alojamiento.


Mauricio estuvo deshabitada hasta hace poco. Mejor dicho casi deshabitada pues cuando llegaron los portugueses, los terceros en llegar tras árabes y malayos, y a los que siguieron holandeses, franceses e ingleses, se encontraron a su principal habitante: el Dodo. “Dodo” significa “estúpido”, y ése es el nombre que le dieron los portugueses a esta rara ave de 25 kilos de peso, incapaz de volar, y que dejaba a la vista y sin la más mínima protección sus nidos con huevos. Por las sartenes y cazuelas portuguesas –como antes lo hicieron por otras- terminaron de desfilar los últimos ejemplares de esta gallina gigante. El Dodo es el emblema de la isla desde su desaparición en el siglo XVII.
En los próximos días voy a acercaros algo más a isla Mauricio y estaré unos cuantos días por el Indico rumbo a Seychelles.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Isla Contoy, pequeño paraíso mexicano


En el caribe mexicano, aparte del turismo de Cancún y la Riviera Maya, existen lugares para perderse en contacto directo con la naturaleza. La deshabitada isla Contoy se encuentra en el límite del Golfo de México y el mar Caribe, siendo la isla más septentrional del caribe mexicano y el punto terminal del sistema arrecifal que bordea la costa oriental de la península de Yucatán. Es una isla pequeña y plana. Tan sólo mide poco más de 8 kilómetros de largo por una anchura que oscila desde los 20 metros hasta los 700 metros en su parte central. En tan poco terreno existe en cambio una gran biodiversidad de paisajes y ecosistemas, con preciosas playas arenosas, costa rocosa, tres lagunas interiores de agua salada, dunas, diferentes tipos de manglares, etc. Pocas veces dan para tanto 100 hectáreas de superficie.


Aunque existen diferentes especies de murciélago, la isla es muy relevante desde el punto de vista ornitológico con presencia de un centenar de especies de aves, la mayoría marinas y palustres. Isla Contoy alberga la colonia de pelícano gris más importante del este de México, una importante colonia de fragata magnífica (en la foto), garza gigante o cormorán. También es lugar importante de anidación del halcón peregrino y en verano del bobo de vientre blanco. Se trata del mayor santuario de aves del Caribe de México. Los reptiles tienen también un papel muy interesante; entre ellos la tortuga blanca, carey y caguama, que en verano llegan a sus playas a desovar.
Y debajo de toda esta variedad, la riqueza se multiplica hasta límites insospechados al sumergirnos en el arrecife de coral. El arrecife Ixlaché, al sur de la isla, marca el inicio de la segunda barrera de coral más grande del mundo: el Gran Arrecife Mesoamericano.


Como no podía ser menos isla Contoy es Reserva especial de la Biosfera y parque nacional. Se accede bajo cupos concertados desde Cancún, isla Mujeres y Puerto Juárez. La isla no tiene alojamiento pero guardaros un día para conocer esta grata sorpresa en la Riviera Maya.