viernes, 7 de enero de 2011

Cataratas del Niágara


Las Cataratas del Niágara reparten sus encantos entre Canadá y Estados Unidos. Canadá se lleva las mejores panorámicas pero también la mayoría de las aglomeraciones, pues es el punto de partida de las excursiones en barco y también el mejor mirador sobre la cascada de la Herradura, la mayor de las cataratas del Niágara. También gana el lado canadiense al americano en mal gusto arquitectónico, con excesivo enfoque comercial.
En la orilla estadounidense se encuentra la segunda gran cascada. Ésta se puede disfrutar desde tierra mediante balcones emplazados a diferentes alturas, siempre con una visión lateral. Para observarla de frente es preciso cruzar la frontera por el puente Arco Iris (Rainbow bridge), la vía más utilizada. Sin embargo los atascos –especialmente en fin de semana- son tan espectaculares como la propia cascada. Una vez en Canadá se puede observar muy bien desde los miradores o, mejor aún, desde el barco (la dama de la Llovizna, que es como se llama el barco) que se acerca primero a la cascada americana antes de dirigirse a la cascada de la Herradura. Diversión, emoción y chapuzón garantizado.




También vale mucho la pena disfrutar la Cueva de los Vientos. Con ese nombre y dado que se adentra en la cortina de agua, es fácil adivinar que el baño en forma de lluvia procedente del salto de agua también está garantizado.

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