jueves, 14 de abril de 2011

Laurisilva canaria en Garajonay

Parque nacional Garajonay, isla de La Gomera

Laurisilva canaria de ladera

Adentrarse en un bosque de niebla siempre es una experiencia intensa para los sentidos. Árboles de troncos retorcidos, musgos por doquier, líquenes colgantes que no hacen sino acentuar el aspecto fantasmagórico de las formas que se adivinan entre la niebla…. ya sea un bosque tropical húmedo o bien, mucho más cerca, un bosque de lauráceas macaronésico… Es lo que podemos vivir y sentir cuando ponemos rumbo a La Gomera con el objeto de adentrarnos en el parque nacional de Garajonay.
En el interior de esta pequeña isla Canaria, en su porción central, crece una densa maraña vegetal formada por el Monteverde de laurisilva y fayal brezal. Una joya botánica de la región Macaronésica conservada en Garajonay como la mejor representación de Canarias. Caminar por el bosque de laurisilva, vegetación relicta del Terciario, es adentrarse en otro mundo.
Laurisilva de valle
Garajonay cuenta con una buena red de senderos


Hubo una época, en la Era Terciaria, en la que los bosques de laurisilva ocupaban buena parte de la cuenca Mediterránea y que hoy están relegados a la región Macaronésica -a la que pertenecen las islas Canarias junto a los archipiélagos de Madeira, Azores, Cabo Verde y las Salvajes-. En la actualidad está presente en las islas de la provincia de Santa Cruz de Tenerife, pues su orografía permite que se den las condiciones ambientales. ¿Por qué?


Cabecera del valle de Hermigua

Porque la humedad oceánica es desplazada por las corrientes del viento Alisio (NE) y al chocar con las montañas en una franja altitudinal en torno a los 500-1.400 metros, la humedad se condensa y se forma la niebla (mar de nubes) causante de la “lluvia horizontal” que alimenta esta selva de laureles.
El bosque de niebla funciona como una gran esponja que atrapa la humedad del alisio y la precipita empapando el suelo en el que crecen fayas, brezos, laureles, palos blancos, acebiños, viñátigos, tiles, etc. en función de si se trata de laurisilva de valle o de ladera. También brezal de cumbre –bien adaptado a las duras y cambiantes condiciones de la hilera de cumbres- o incluso de fayal-brezal, un tipo de bosque de niebla que tolera algo mejor cierta ausencia de humedad ambiental y que correspondería a un estadío de degradación del bosque primario.
Lagarto gomero



En esta franja altitudinal crecen, en esas condiciones de humedad y temperaturas cálidas constantes, el importante ecosistema forestal de bosque de niebla formado por laurisilva y el fayal-brezal. El parque nacional de Garajonay, que alberga la mejor y más extensa representación de laurisilva canaria está declarado Patrimonio de la Humanidad desde 1986, cinco años después de englobarse en la red de parques nacionales españoles.

La humedad permite el crecimiento de muchas epífitas


Son cuatro pues las comunidades fitosociológicas que crecen en el parque: brezal de monte, laurisilva de ladera, laurisilva de valle y fayal-brezal.
La principal diferencia entre ambos tipos de laurisilva es la inclinación del terreno y su exposición solar. En zonas con mayor inclinación, la laurisilva presenta menor porte pero mayor variedad de especies. Es la llamada laurisilva de ladera y en ella crecen sobretodo laureles, acebiños, fayas y palos blancos. Hay mayor humedad, por lo que proliferan las epífitas (musgos, líquenes). En la laurisilva de valle, la menor inclinación permite a sus árboles alcanzar alturas incluso de 30 metros. Abundan el laurel, viñátigo, el til y el acebiño y, en el estrato arbustivo, los helechos.

Las Mimbreras, en el bosque del Cedro


A La Gomera se llega en avión (muy pocos vuelos) o en barco (muy buena comunicación con el sur de Tenerife y otros puertos canarios). Apenas 30 minutos después de bajar del barco el visitante ya se encuentra dentro del parque nacional. Un área protegida que ocupa la parte alta de la isla, mayor en su vertiente norte, con el Alto de Garajonay 1.500 metros de altitud como punto culminante. Una densa red de senderos recorre el parque nacional. Algunos de los mejores para conocer la laurisilva son los que transcurren por los municipios de Hermigua, Agulo y Vallehermoso. Senderos que exigen buena forma física algunos y otros idóneos para disfrutar en familia, como el de la ermita de Nuestra Señora de Lourdes.

Monteverde gomero y al fondo el Teide (tenerife)


En los paseos por el interior del bosque se pueden ver lisas y lagartos gomeros, aves como las palomas rabiche y turqué,  -todos endemismos- y otras como el pinzón vulgar, el reyezuelo, el mirlo o el gavilán y multitud de insectos. La zona de la ermita es una buena área para que los niños vean algunos de los habitantes del bosque del Cedro, como los pinzones por ejemplo, que se ven con facilidad en este lugar. 
Pero sin duda el principal recurso natural del parque nacional es su riqueza botánica, no en cuanto a número de especies Alrededor de 400 pero si por su alto porcentaje de endemismos canarios, gomeros e incluso locales exclusivos del parque.

Otro de los elementos representativos de La Gomera son los roques y las fortalezas, a los que dedicaré el próximo post.

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