jueves, 29 de septiembre de 2011

Hacienda San Lucas, en Copán

Copán. Reserva natural de aves de la montaña Macaw. Honduras
Safaris Fotográficos: Copán.


Hacienda centenaria ubicada en el valle de Copán y frente a las ruinas de la ciudad maya más importante y mejor conservada de Honduras y de todo el mundo Maya.



La hacienda mantiene un ambiente rústico excelente y goza de una tranquilidad total. Las habitaciones son cómodas y de decoración austera pero eficaz. El trato muy agradable.

Se organizan paseos a caballo y a pie por el valle y visitas a las ruinas de Copán y la hacienda cafetalera. A quince minutos de la hacienda se encuentra la reserva natural de aves de la montaña Macaw; un paraíso ornitológico con casi 350 especies de aves.  




Estas son mis valoraciones:
Situación: 7
Accesos: 7
Tranquilidad: 8
Arquitectura: 8
Ambiente: 8
Habitaciones: 7
Zonas comunes: 6
Gastronomía: 6
Servicio: 7
Servicio guías: -
Integración Naturaleza: 8

Valoración general: 7


lunes, 26 de septiembre de 2011

Grandes herbívoros en las montañas de Andorra


Gamo.
Casi tan importante como el prismático será el sigilo a la hora de llevar a buen puerto un safari fotográfico para observar los grandes herbívoros que viven en Andorra. No se trata de rebaños de cebras, gacelas o ñús, acostumbrados a la presencia cercana del vehículo 4x4 en la sabana africana. Aquí la aproximación se realiza a pie y los animales no se están tan habituados. Afortunadamente ese carácter esquivo es el que hace que la propuesta sea una experiencia no exenta de cierto nerviosismo hasta que conseguimos avistar nuestro objetivo de cuatro patas.

El rebeco es el amo de la alta montaña.

El corzo (Capreolus capreolus) se lleva la palma por huidizo y difícil de ver, acostumbrado a vivir en la seguridad del bosque (aunque también campea en praderas abiertas), pero otros como el ciervo europeo (Cervus elaphus), o el gamo (Dama dama) tampoco le van a la zaga. El muflón (Ovis orientalis musimon) y el rebeco (Rupicapra rupicapra), que gustan de pastar en zonas abiertas y despejadas de vegetación son más “agradecidos”. Estas cinco especies de grandes herbívoros se distribuyen a lo largo y ancho de la montaña andorrana en hábitats diferentes y ambientes diversos. En las zonas bajas con el linde boscoso viven los gamos y los ciervos. Los corzos habitan cotas más altas en el bosque y, en terreno de praderas alpinas y zonas pedregosas, los muflones y rebecos se mueven con agilidad. Resulta complejo concretar zonas para avistarlos, si bien las inmediaciones de la collada de Beixalís, es buen terreno para corzos y muflones, o el valle de Enclar resulta óptimo si vamos en busca de rebecos por citar un par de ejemplos. Existen rutas guiadas en algunos lugares.
En cualquier caso será preciso madrugar, pues a primera hora es cuando están más activos y será más fácil observarlos. Otra buena zona de muflón son las inmediaciones del parque natural del Comapedrosa, donde a veces penetran accediendo por la zona de Sanfonts. En las inmediaciones del parque (pero en cotas bajas) viven también ciervos y gamos. Los corzos son frecuentes en todos los valles. Lo bueno es que casi en cualquier excursión que hagamos por las montañas y valles de Andorra tenemos bastantes probabilidades de toparnos con alguna de estas cinco especies que, por tamaño, podrían considerarse los “cinco grandes” de Andorra. El oso pardo, también presente, además de no ser un herbívoro estricto, se sale del objeto de este post…


Los muflones pastan en las praderas abiertas de alta montaña y zonas rocosas.

Septiembre y octubre son buenos meses para observar los cérvidos de gran tamaño (gamos y ciervos europeos), especialmente los segundos, coincidiendo con el celo -la berrea del ciervo es uno de los espectáculos sonoros más impresionantes de los bosques de Andorra-, a lo largo del año los gamos suelen vivir en pequeños grupos unifamiliares o incluso son de carácter solitario. Los ciervos tienden a formar manadas.

Los corzos son de carácter más solitario –sobre todo los machos- aunque a finales del otoño y durante el invierno los corzos se vuelven más gregarios y llegan a formar pequeñas manadas.
Esto respecto a las tres especies de Cérvidos (familia Cervidae), respecto a los Bóvidos (familia Bovidae) las hembras y crías de muflón viven juntas en primavera y verano formando grupos si bien en otoño e invierno, se les unen los machos solitarios, que protagonizan espectaculares luchas con sus cuernas para ganarse el derecho de entrar al grupo e intentar convertirse en el macho dominante. Algo parecido ocurre con el rebeco cuando entra en celo en octubre – noviembre.
Estamos pues en la mejor época para acercarse a presenciar uno de los mayores espectáculos naturales de la montaña de Andorra. 

viernes, 23 de septiembre de 2011

El valle Rize, la joya de Jiuzhaigou

Parque nacional Jiuzhaigou

Colores increíbles en el Five flower lake.

Y he dejado para el final de esta particular “trilogía” sobre el espectacular valle de Jiuzhaigou (Jiuzhai valley), el valle occidental. ¿Por qué? Por ser –a mi juicio y juicio de la mayoría de los visitantes- el más fascinante de los tres (o cuatro). Es el más visitado, pero la lista de alicientes bien lo vale.

Five Flower lake, el más impresionante del parque nacional.


El valle occidental es el valle Rize (Rize valley). Se trata de un valle de 17 kilómetros de longitud entre el tourist center y el final de la carretera que lo remonta hasta las puertas del “bosque virginal”. A partir de ahí sólo naturaleza, no hay más pistas ni caminos. Pero hasta llegar a él… también sólo naturaleza y de la buena, en forma de lagos y más bosques.

Cascada Pearl shoals.


El valle Rize alberga 10 de los lagos más importantes del parque nacional. La mayoría en los primeros 5 kilómetros desde el tourist center.  También cuenta con las cascadas más impresionantes del parque nacional. Uno de esos lagos es mi preferido –y el de muchos-, el Five Flower lake. Jamás he visto algo semejante en montaña con aguas que bien pudieran ser las de una cala de Baleares o una playa de Polinesia. El lago es un imán a la hora de atraer visitantes para fotografiarse en ese pedazo del paraíso terrenal. Pero no es el único enclave de escandalosa belleza en el valle, otros lagos son el Bamboo lake, Panda lake, Peacock Riverbed, Pearl Shoals o el Mirror lake. Éste último es célebre por el reflejo de las montañas circundantes en su lámina de agua a modo de espejo. Pero eso es a primera hora de la mañana, luego la brisa se encarga de dar al traste tan sugerente visión al mover ligeramente la capa superficial de agua.

Panda lake.


El Five Flower lake se encuentra entre el Panda Lake (otro cuya cabecera tiene una paleta cromática impresionante) y Peacock Riverbed. Para conocerlos lo mejor es tomar el bus (desde la entrada del parque suben directamente) hasta el bamboo lake. A orillas de ese lago comienza la ruta senderista que, inmersa en el bosque, va bordeando uno tras otro los diferentes lagos hasta llegar al tourist center. Por el camino se pasa también junto a algunas de las cascadas calcáreas más bellas y altas del parque: cascadas Arrow bamboo lake o las imponentes cascadas Pearl Shoals.

Otro rincón del Five Flower lake.


Y hablando de bosques… valle arriba se encuentra “The Virgin Forest”, este bosque virgen de coníferas es el perfecto ejemplo de los bosques en estado puro. Inmerso además en un entorno montañoso impactante, con las montañas más altas del parque como telón de fondo.

Montañas con más de 4.700 metros de altitud en el parque nacional.


Al bosque se llega desde el tourist center en bus que sube directo a esta enorme mancha forestal por la carretera del valle dejando atrás los lagos ya mencionados y, a mitad de valle, el swan lake y el grass lake.

En el parque viven 223 especies de aves.

Una vez en el aparcamiento del bosque, existe un sendero circular que se adentra en la penumbra de los gigantescos árboles a lo largo de 1,5 kilómetros. Reconforta pensar que por su espesura se mueven osos pandas gigantes, monos dorados, pandas rojos, leopardos....

Dicen en China que Jiuzhaigou es el paraíso en la Tierra. Estoy de acuerdo. Desde luego no puede faltar en mi blog de Paraísos del mundo.

The Virgin Forest.


jueves, 22 de septiembre de 2011

Curiosidades en el Valle oriental de Jiuzhaigou

Parque nacional Jiuzhaigou
Five Coloured lake, el más pequeño de los 114 lagos de Jiuzhaigou.


El valle oriental, también llamado Zechawa Valley, es quizá el más curioso. Como comentaba en el post de ayer, el parque alberga 114 lagos. Sólo cuatro de ellos están en el Zechawa Valley, pero lo curioso no es eso si no que entre ellos se encuentra el más grande y el más pequeño del parque, que para mayor gracia se encuentran juntos. Se trata del Long Lake y del Five Coloured pool. Además de Long lake podría bien llamarse highest lake pues se trata en efecto del más grande y también del situado a mayor altitud (2.901 metros). Inmediatamente por debajo de él se halla el Five Coloured pool que, como habréis adivinado, tiene cinco colores diferentes en sus aguas (incluso yo diría que más). Por su tamaño es conocido como una piscina o poza pero se trata de un pequeño lago de rabiosa belleza, que en el mes de julio-agosto presenta su máximo nivel freático. En ese momento es espectacular, con una variedad de tonalidades que ¡¡no se conseguirían ni a base de photoshop!! Es por tanto uno de los más bellos del parque nacional Jiuzhaigou.

Long lake, el mayor lago del parque nacional rodeado de montañas de más de 4.000 m.


Y para concluir los binomios de casualidades –más grande y más alto- más pequeño y más variedad cromática del parque-, no desentonan los otros dos lagos de los cuatro existentes. Se llaman Lower Seasonal lake y Upper Seasonal lake. Junto al Shu Zeng lake en el valle central, y el ya conocido long lake se trata de los cuatro lagos más grandes del parque. La particularidad es que son estacionales, es decir, sólo tienen agua en los momentos de mayor escorrentía.

Five coloured pool, colores imposibles...
Fósiles marinos junto al long lake. Hace mucho tiempo todo esto estuvo bajo el mar...


La longitud del valle es de 18 kilómetros y se recorre en su totalidad en bus que se toma detrás del tourist center. La cantidad de lagos a visitar –sólo cuatro en el mejor de los casos- y que los más interesantes sean los dos superiores, el long y Five coloured pool hace que la visita a pie a este valle se centre normalmente en recorrer sólo esos dos. A los veinte minutos de subida en bus se añade una media hora de recorrido para verlos y otros veinte minutos de bajada en bus al tourist center (inicio de la ruta a pie por el valle central si recordáis del pasado post). Queda pues bastante tiempo libre de la jornada y por este motivo suele unirse con la ruta por el valle central. Así lo hice yo también en mi visita. Otra cosa es el espectacular valle occidental, a mi juicio el más bello de los tres, pero eso ya lo dejo para mañana…
Aldea tibetana muy cerca del tourist center en el valle oriental.
Long lake.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Valle central de Jiuzhaigou

Parque nacional Jiuzhaigou. Shuzheng Valley

En el corazón de las montañas de la provincia china de Sichuan se esconde uno de los valles más impresionantes que mis ojos han visto nunca. Montañas, bosques y sobre todo, lagos de colores imposibles. El valle de Jiuzhaigou (valle de las 9 aldeas tibetanas) es un gran valle formado en realidad por tres ramales. Su forma sería, con orientación norte-sur, el de una “Y” invertida. Existe un cuarto valle, el de Zharu, que se está abriendo ahora al ecoturismo mediante rutas de trekking con guías tibetanos locales, pero para la inmensa mayoría de los visitantes el parque se limita a los tres valles referidos. Cada uno de ellos da para pasar una jornada completa así que creo merecen también un post propio.



A nivel general os contaré que este parque es inmenso, 132.000 hectáreas entre el parque nacional y la zona periférica de protección, que se reparten entre los 1.990 m. y los 4.764 metros de altitud. Os podéis imaginar pues la variedad vegetal que se encierra en tal diferencia de cotas. Llaman la atención sus bosques que tapizan el 63,5% del parque; bosques de frondosas que adquieren una policromía espectacular en el otoño (octubre) y bosques de coníferas. Jiuzhaigou es además, un paraíso para los rododendros (que llegan a adquirir portes arbóreos; hay 15 especies) y orquídeas, con varias especies, muy frecuentes entre 2.700-3.800 metros altitud..
En total, nada más y nada menos, que 2.567 especies de plantas, con 150 especies de árboles.



En cuanto a la fauna, en Jiuzhaigou vive un catálogo faunístico que hace temblar a otros espacios protegidos mundiales de mayor fama: oso panda gigante, oso panda rojo, leopardos, lobos, linces asiáticos, varias especies de ciervos, monos dorados de Sichuan o el takin de Sichuan, son algunas de las 170 especies de vertebrados,  además de 223 especies de aves. Como es lógico la UNESCO quiso reconocer sus recursos naturales declarándolo Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1992 y Reserva de la Biosfera en 1997.

En Sichuan crecen más de 200 especies de bambú, así que es fácil comprender por qué viven aquí el 85% de la población mundial de oso panda gigante en estado salvaje. En el parque de Jiuzhaigou están censados 17 ejemplares.
En el parque están censados 17 osos panda gigantes.


Llama la atención la sensacional gestión del uso público del parque, sobre todo teniendo en cuanta que en temporada alta llega a recibir 15-20 mil visitantes al día. Una red de senderos perfectamente acondicionada e indicada, con información abundante para saber en todo momento dónde nos encontramos, en qué lago nos hallamos y cuanto falta para el siguiente. Los senderos son en realidad una tarima de madera infinita que permite caminar por un sustrato en el que algunas ocasiones hay más agua que tierra.

Fantástica red de senderos.
Información detallada a cada paso.


Pero Jiuzhaigou es, por encima de todo, un espectáculo en lo que a agua y lagos de montaña se refiere. Existen un total de 114 lagos, 47 manantiales y 40 conjuntos de cascadas. Sus lagos de aguas verdes, azules y turquesas son únicos en el mundo.

El primero de los post y la primera de las jornadas la dedico al valle central (Shuzheng valley), el más corto de los tres. Se extiende a través de 14 kilómetros desde la entrada del parque hasta el nudo de la “Y”, donde se localiza el eje neurálgico de los servicios del parque nacional. Restaurantes, tiendas, intercambiador de buses y el tourist center.

En el parque existen 40 grupos de cascadas.


El parque ha de recorrerse en autobús del parque nacional. No es obligatorio pero si muy recomendable en función de las distancias. Decenas de autobuses están constantemente subiendo y bajando por los tres valles de este espacio natural protegido. Dado el carácter lineal de cada valle, para recorrerlos a pie lo mejor es subir en bus hasta el inicio y luego bajar caminando.
Jiuzhaigou valley significa valle de las 9 aldeas tibetanas.

En el caso del valle central, el bus que se toma en la entrada nos conduce hasta el tourist centre y allí comienza la ruta en suave descenso –prácticamente llano- atravesando bellas cascadas y varios lagos: Por el camino podéis visitar diferentes cascadas y lagos: Nourilang falls, Rinoceros lake, Morning lake, Tiger lake, Shuzheng falls, Lying Dragon lake, Sparkling lake, Double Dragon lake, Reed lake, Bonsai lake. Desde el Bonsai lake lo idóneo es tomar el bus que nos devuelva a la puerta de entrada. También interesantes conjuntos etnográficos como alguna de las aldeas tibetanas.

Cuando: la mejor época es el otoño (15 octubre-1 noviembre) por el colorido. El parque queda cubierto de nieve de diciembre a marzo. La mejor época por la cantidad de agua en cascadas y lagos (aunque siempre llevan) es junio-noviembre.
Entrada: Entrar al parque nacional en temporada alta (1 abril a 15 noviembre) son 220 RMB. Resto del año 70 RMB.
Autobuses del parque. 1 día 90 RMB en temporada alta y 80 RMB en baja.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Valles de Perafita y Claror, tan cerca… tan diferentes

Valle y refugio de Claror.

Perafita y Claror son dos de los tres valles que forman en conjunción el Patrimonio Natural de la Humanidad de Andorra, que como ya os comentaba en el post anterior integran los valles de Madriu-Perafita-Claror. Los dos últimos ocupan la parte más meridional de este bello rincón del Pirineo. Perafita y Claror se tocan con la mano –de hecho comparten acceso- pero ofrecen dos paisajes bien distintos. Una excusa perfecta pues para redondear una visita a este espacio natural de Andorra y completar en dos jornadas, la visión completa de sus recursos naturales.

Flor de Rododendro.

Valle superior de Perafita desde el refugio de Perafita


A Perafita y Claror se accede por una ruta común. De hecho, salvo que estéis realizando el GRP –muy recomendable por otra parte- y accedáis a Claror por el Port Negre (2.605 m.), el acceso principal a pie –única forma de llegar- es por el valle del Madriu. Efectivamente, la ruta es la misma que la relatada en el post anterior, subiendo hasta Entremesaigües. Una vez en estas bordas, en lugar de continuar valle arriba hacia los Corrals de Ràmio, seguimos las indicaciones del GR.11.10 y cruzamos el río Madriu por el pont d’Entremesaigües para ir en busca de otro curso de agua: el riu de Perafita.

Estany de la Nou.

La subida hasta Entremesaigües es eminentemente forestal, un bosque de ribera denso, acompañado de pinar de pino silvestre, avellanos y boj, mucho boj. A partir de Entremesaigües la compañía del boj se hace, si cabe, más intensa hasta que entramos de nuevo en el bosque, otra vez de pino, pero con otras especies como abetos o abedules. Poco a poco el pino rojo y el abeto ceden terreno al pino negro. Para entonces la subida se encuentra en su parte más empinada. Es una subida dura en zig-zag pero bajo la sombra del bosque y el rumor del agua que relaja la fatiga del visitante con preciosos saltos. Comienza a aparecer -y a ser numeroso- el rododendro. Es un buen bosque para toparse con corzos y urogallos –ambas especies muy esquivas-. Abundan también las zonas de piedras y canchales. Justo al salir del bosque se ofrece la primera panorámica sobre el vecino valle de Claror. Montañas desnudas, tapizadas por praderas alpinas, en medio de un paisaje eminentemente mineral con sustratos –en sus partes más altas- de tonos grises, marrones, rojos o negros.

Subiendo por el valle de Perafita

Una marmota alerta al resto de mi presencia en el canchal.

Fuera del bosque se remonta el último tramo empinado por un canchal en el que abundan las marmotas. La observación es muy sencilla e incluso –con paciencia- estos enormes roedores se dejan acercar bastante. El final de la subida lo marca la llegada al refugio viejo de Perafita -que no es más que una pequeña borda de piedra-. Mucho mejor se encuentra desde luego el nuevo refugio (5 minutos más adelante), de estratégico emplazamiento en el GRP. Desde aquí las panorámicas sobre el valle de Perafita –tanto hacia abajo como hacia la cabecera- son fantásticas. También hacia el valle de Claror.

Valle de Claror desde las inmediaciones del refugio de Perafita.


El refugio de Perafita (2.200 m.; 2 h. 30 m. desde inicio) sirve de encrucijada para recorrer la parte más alta del valle de Perafita, de marcado modelado glaciar (por el GR-11.10 hasta el tercer acceso en cuestión a la zona Perafita-Claror –mucho menos frecuentado-, el Collet de Sant Vicenç, a 2.573 metros de altitud), o para acceder en 30 minutos más de marcha desde el citado refugio, hasta el vecino Claror. A sólo quince minutos -y en dirección a Claror-se encuentra el estany de la Nou rodeado de un bello pinar de pino negro y enebros rastreros. A 45 minutos del de Perafita se encuentra el refugio de Claror (2.280 m. 3 h. desde inicio). Corona ambos valle el Pic de Perafita (2.752 m.) y los separa la serra Mitjana, un gran espolón que sale de la falda del pico. Estas alturas son del gusto de los rebecos, perdices nivales y armiños.

Riu de Perafita.

viernes, 16 de septiembre de 2011

El valle del Madriu, joya andorrana

Idílica imagen en la zona de l'Estall Serrer.

El valle del Madriu es otra de esas joyitas naturales con las que uno tiene la fortuna de reencontrarse de vez en cuando. Ya lo había caminado hace unos años y luego volví a hacerlo coincidiendo con su declaración como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco en el 2004. En realidad este Patrimonio de tipo Natural no es sólo el del Madriu sino también los valles tributarios de Perafita y Claror, que comparten la cabecera hidrográfica del río Madriu, y cuyos cursos fluviales se unen en el paraje de Entremesaigües para discurrir como uno sólo, hasta su desembocadura en el riu Valira d’Orient. A Perafita y Claror volveré en próximos post pero de momento hoy quiero centrarme en el valle del Madriu, que se extiende desde el circo glaciar donde se encuentra el estany de l’Illa hasta las casas de Escaldes-Engordany.

Bordas en los Corrals de Ràmio, aquí se unen el GR11 y el GR7.

En la diferencia de cotas desde los 1.000 metros hasta los 2.864 m. del Pic del Pessons la diversidad de ambientes y recursos naturales que en ellos encontramos es fastuosa. Su estado de conservación magnífico, como no podía ser menos en este Patrimonio natural de la Humanidad.

Desde bosques de ribera a retazos de bosque mediterráneo y algunas de las mejores muestras de pinar (rojo y negro), al que acompañan según orientación (solana o umbría) otros bosques como abetales, abedules y bosques mixtos de frondosas, entre otras especies vegetales. Destaca la proliferación de helechos en el bosque de pino negro –aparte del sotobosque de arándanos y rododendros en el pinar como despensa invernal- y en la parte baja del valle, en el corazón del bosque de ribera. La ruta de Entremesaigües es una ocasión perfecta para observarlos.
 
Cimas de la Serra del Sirvent.
El encanto del Madriu es esa mezcla inmaculada y casi virginal entre la antigua presencia del hombre y la naturaleza en su máximo apogeo. En cualquier caso la conservación del valle, el único de Andorra al que no llega el asfalto, hace que la segunda domine de forma abrumadora sobre la primera.
El recorrido clásico para conocer el valle del Madriu es la senda que lo remonta junto al río desde la carretera de la Plana (Escaldes-Engordany) a través del GR.7, compartiendo trazado con el GR.11 a partir de los Corrals de Rámio, y con el GRP a partir de la barraca de la Farga hasta la parte alta del circo glaciar. Por el camino los refugios de Fontverd (1.886 m.), Riu dels Orris (2.230 m.) y el de l’Illa (2.485 m.) invitan desde luego a quedarse a vivir en la zona…

Refugio de Fontverd.
De los parajes angostos de la primera parte del recorrido hasta Ràmio, donde comienza a abrirse tímidamente para hacerlo, ya sin tapujos, en las bucólicas praderas de Fontverd, se pasa a partir del refugio de Riu dels Orris al paisaje rocoso, granítico, imponente, preludio del magnífico espectáculo pétreo de la cabecera glaciar donde se asientan el enorme estany de l’illa, el segundo más grande de Andorra, y un puñado de perlas lacustres de menor tamaño.


El valle es sobrevolado por rapaces como el Buitre común o el quebrantahuesos, entre otras.
Como siempre que me sitúo frente a ellas, las Crestes del Gargantillar se encargaron de imponer con su vertical aspecto la gota de magnificencia que hacen sentir mi presencia como algo minúsculo. Una sensación que siempre me ha gustado.
No paséis por alto la oportunidad de visitar el valle del Madriu, 100% belleza.

Cominezo de la senda que recorre el valle.


jueves, 15 de septiembre de 2011

Una mañana de migración con los Joubert en Kenya


Dereck y Beverly Joubert conocen África como la palma de su mano. Este matrimonio sudafricano lleva 30 años grabando la fauna africana y lo saben todo acerca de leones y leopardos, sus preferidos. Si todavía no sabéis quienes son os comentaré que tienen en su haber cinco emmys por sus prestigiosos y espectaculares documentales. Son exploradores en residencia de National Geographic (como Jane Goodall, los Leaky o Zahi Hawass, por ejemplo). Creo que ya los tenéis más ubicados. Efectivamente son los artífices de muchos de esos documentales sobre la vida salvaje africana. Esos épicos documentales que forman parte de nuestra vida.
El verano pasado se hallaban inmersos en la filmación de la última gran producción de National Geographic, la serie de documentales sobre las Grandes Migraciones animales que se estrenó el pasado mes de noviembre. Ellos se encargaban de filmar la gran manada de ñús, cebras y gacelas –la gran manada, como se conoce coloquialmente- que cada año se desplaza por el Serengeti hacia los pastos frescos de Masai Mara. Así que ese verano estaban en Kenia, a orillas del río Mara, donde la gran migración de herbívoros se concentra entre junio y primeros de noviembre para cruzar el mítico río.


Hace ahora un año pues, compartimos momento migratorio en las orillas de Masai Mara. Su coche junto al mío. Ellos llevaban allí apostados desde primera hora de la mañana, sin moverse, para no perder su entrada de tribuna ante el espectáculo de la migración.
Los vehículos 4x4 que se utilizan habitualmente las compañías y guías de safaris están equipados con radio. Un elemento necesario ante cualquier adversidad en la inmensa sabana. El aparato emisor y receptor tiene otras ventajas más “turísticas”; los vehículos se comunican unos con otros para avisarse e informarse de avistamientos interesantes para sus clientes. En cuanto algún coche localiza un leopardo y comunica su posición por radio, no pasan más de cinco minutos hasta que el leopardo se ve rodeado de coches y “paparazzis”. Es lo bueno y lo mano de las telecomunicaciones en los parques nacionales africanos (keniatas y tanzanos, fundamentalmente). La tranquilidad se pierde pronto, sobre todo para el animal, pero a cambio nuestra probabilidad de vivencias y observaciones extraordinarias en la naturaleza se multiplican.



Algo similar ocurre en época de cruce migratorio del río Mara, en la Reserva Nacional de Masai Mara. Existen determinados puntos a lo largo del cauce que, por su orografía, son propensos para que las grandes manadas de herbívoros se decidan a vadear el río por ellos. Los motivos son varios pero fundamentalmente se deben a que son lugares de poca corriente y sobre todo facilidad de salida por la orilla contraria. Si ya resulta complicado lanzarse a un río infestado de cocodrilos imaginaos hacerlo sin un salida clara. De nuevo el papel de los coches 4x4 es crucial. Convenientemente repartidos a lo largo del cauce unos se avisan a otros por la radio de los diferentes momentos de cruce que los ñús, cebras y gacelas deparan a lo largo del día, especialmente entre julio y septiembre.


Cuando algo suena por la radio, decenas de coche emprenden la carrera al más puro estilo Fernando Alonso para tratar de coger la mejor visión del espectáculo. Eso si se tiene prisa y no se quiere perder la oportunidad, cosa que suele suceder, pues no pasaremos más de 2 ó 3 días en la reserva. Si tenemos todo el tiempo del mundo, como es el caso de los Joubert, nada mejor que apostarse en un excelente lugar y no moverse, tarde o temprano cruzarán frente a ellos y entonces podrán grabar esas imágenes de ensueño que les han hecho mundialmente famosos. De nuevo el espectáculo de los ñús cruzando el río, de nuevo los cocodrilos al acecho, de nuevo uno de los momentos más excitantes que los grandes documentales de vida salvaje deparan.  Y allí junto a ellos, posicionamos nuestro coche. Al principio no me di cuenta, pero pronto caí en la importancia de mis vecinos. Doble lujo pues a orillas del río Mara, el río de vida salvaje por excelencia.