jueves, 28 de marzo de 2013

En barco por las cataratas del Niágara



El Maid of the Mist lleva desde 1846 dando duchas gratis. Bueno en verdad son los años que lleva remontando el río Niágara hasta la base de la Cascada de la Herradura, la mayor de las tres existentes en las Cataratas del Niágara, pero el remojón final está garantizado. Aviso a navegantes (nunca mejor dicho). Es cierto que le da si cabe más espectacularidad al crucero. Huelga decir que debéis llevar la cámara bien protegida.





Otro aviso: no os asustéis cuando lleguéis a la cola que se forma para tomar el barco, hay varios barcos y la cosa va más o menos rápida. Una vez a bordo, preparaos para disfrutar de un bello recorrido por el río y de las panorámicas fluviales de las cascadas, siempre diferentes. Aunque la cascada de la Herradura es la meta final antes de regresar a puerto, la embarcación se aproxima primero a la catarata americana (estadounidense más bien). El menor caudal permite una mayor y mejor aproximación. De camino a esta cascada es posible sacar una fotografía de las dos cascadas principales desde el curso del río. Todavía habrá tiempo de contemplar infinidad de aves que sobrevuelan los saltos de agua, vuelan de una orilla a otra a ras de agua o descansan apaciblemente en las rocas.






Desde la cascada americana el barco enfila hacia la caudalosa cascada de la Herradura. Cuando el barco anterior sale de la niebla formada por la gran cortina de vapor de agua, es el momento de prepararse para la aproximación. La perspectiva de herradura o de C se pierde desde aquí abajo debido a la mala visibilidad consecuencia del citado vapor de agua. El aire producido por el enorme caudal que se desparrama desde el borde de la cascada, 53 metros más arriba, se torna en fuerte viento al enfilar la salida natural de la garganta. Pero ello no es óbice para que el barco sigua avanzando hasta que las capas de lluvia que entregan a la entrada a todos los pasajeros se mecen con el viento hasta el punto de imposibilitar sacar la cámara. Es entonces el momento de la ducha, el barco se aproxima a la parte derecha de la base de la cascada y el vapor de agua que hasta ahora hemos visto a modo de cortina en el frente empapa nuestras caras a intervalos casi periódicos. “La dama de la llovizna”, que es como se llama el barco, parece un nombre escaso para el chapuzón. Una vez remojado el pasaje, es hora de regresar a puerto contentos y felices. ¡Al fin y al cabo no todos los días se da un baño en el Niágara! La experiencia vale la pena.
Nota: el barco se toma en el lado canadiense.






martes, 26 de marzo de 2013

Cascada de la Herradura, la mayor del Niágara




La mayor de las cataratas del Niágara no podía llamarse de otra forma que la Cascada de la Herradura. Son de esos nombres que al que la bautiza no le lleva más de un segundo pensarlo, pero es cierto que no hay otro nombre más apropiado. Se trata de un inmenso salto de agua de de 53 metros de caída que parecen mucho más cuando se está frente a él debido a la inmensa columna de agua que se precipita desde su parte alta. Su forma de C se debe al desplazamiento y permanente erosión del bloque de sustrato por el que el río Niágara discurre hasta llegar al borde de Table Rock House y dejar caer a lo largo de 671 metros de longitud el 90% del caudal del río. El 10% restante se desploma en la orilla derecha hidrográfica (en el lado estadounidense) en otra bella cascada.

 
 
 


Sus grandes dimensiones hacen que sea visible desde cualquier punto, con mejor o peor ángulo, pero siempre apreciable tanto desde el lado de EEUU como del lado canadiense.  La mejor panorámica se disfruta desde Canadá. Existen varios miradores, incluso algunos en las partes altas de la ciudad de Niagara Falls que proporcionan una visión casi frontal, pero sin duda la mejor panorámica se contempla desde el último mirador, al que se llega desde la carretera.

 


Una larga barandilla está estratégicamente situada a modo de paseo fluvial en el extremo izquierdo del salto, muy bien situada para apreciar el recorrido del río, la perfecta forma de herradura y la salida de la garganta tras desplomarse y continuar su curso. La enorme cortina de vapor de agua magnifica las dimensiones de la cascada, como ocurre con la citada altura. Desde el mirador se observa la osadía y destreza de los barcos que se aproximan todo lo que pueden a la base del salto, que parecen meras barquitas cuando sirven de referencia para apreciar el tamaño de la C. La cubierta aparece repleta de puntitos azules que corresponden a los chubasqueros de los pasajeros. Unos instantes después pude comprobar personalmente que lo de “enorme cortina de vapor de agua” quizá sea una parca descripción de la monumental cortina de agua que se viene encima a los pasajeros cuando el barco se aproxima… demasiado.
 
 
 

martes, 19 de marzo de 2013

Los mejores lugares del mundo para ver Primates

 

Los primates son un Orden de Mamíferos que comenzaron a interesarme mucho al estudiarlos a fondo en la asignatura de Antropología, el último año de la carrera de  Zoología. Por aquel entonces ni me imaginaba, la verdad, que en los años siguientes iba a tener la suerte de verlos en su medio natural a lo largo y ancho de este mundo.
 

Son muchos los géneros diferentes que se pueden observar en el planeta y como siempre es complicado hacer una selección, ya que además del lugar en este caso incluye también elegir qué primate ver. Por afinidad, he incluido en la lista a los grandes simios, los lémures y otros primates que suelen verse con relativa facilidad. Nuevamente la cifra de 10 se antoja a todas luces insuficiente, pero de nuevo el criterio subjetivo impera en la lista que a continuación os muestro:
 

Gorilas de montaña en el Bosque Impenetrable de Bwindi (Uganda).
Cara a cara con el mayor primate que existe. Bwindi no es el único lugar para observar gorilas, existen otros como el también ugandés parque nacional Mgahinga Gorilla, y los también vecinos parques nacionales Virunga (Rep. Democrática del Congo) y Los Volcanes (Ruanda). Si es a mi juicio el enclave más sobrecogedor, entre montañas de empinadas laderas, abundantes nieblas y valles insondables. Si es (y esto no lo digo yo si no el último censo de la especie) el lugar donde más gorilas existen, casi la mitad de los 880 gorilas que quedan en el mundo en estado salvaje. Para observarlos es preciso obtener un permiso y realizar una caminata de dificultad media-alta hasta dar con la familia de gorilas que las autoridades hayan asignado al grupo de visitantes en el que te hayan concedido el permiso. La experiencia se llama Gorilla Track y es una de las más fascinantes de cuantas se pueden realizar en el mundo animal.
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Chimpancés en Gombe (Tanzania).
Existen muchos bosque en los que poder observar chimpancés en libertad: Congo, Uganda, Tanzania, Ruanda, Gambia,… pero por lo que representa me quedo con Gombe, en Tanzania. Es un pequeño parque nacional a orillas del lago Tanganika que se hizo famoso gracias a la fuerza comunicadora de la persona que probablemente más y mejor ha estudiado a la especie: Jane Goodall. Aquí fue donde la doctora Goodall se enamoró de los chimpancés y realizó sus principales trabajos de campo con la especie.



Orangutanes en Borneo (Indonesia).
La región del Kalimantan es el mejor enclave para observar al único gran simio que vive fuera de África, el hombre de la selva, como localmente lo llaman: el orangután. Uno de los mejores enclaves es el parque nacional Tanjung Puting. De la misma forma que para ver  gorilas el trekking forma parte de la experiencia, aquí lo es la navegación en la pequeña embarcación local necesaria para abrirse paso en la selva desde Kumai. El encuentro con los orangutanes no es tan natural como en el caso de los gorilas, pues acuden fieles a su cita con los cuidadores que les dan de comer un par de veces al día, pero no le podemos restar en cualquier caso un ápice de emoción, sobre todo en las primeras ocasiones. En Tanjung Puting también es posible ver otras especies de primates, entre las que destacan el mono narigudo o el gibón. Una referencia en el parque nacional es la labor del Centro de la científica Biruté Galdikas.

Bosque de Kibale (Uganda).
Sin duda una de las manchas selváticas más fascinantes de cuantas resisten el embate humano en el Este de África. El bosque de Kibale es hogar de 1.500 chimpancés pero también de otras doces especies de primates más: diferentes especies de colobos, monos grises, gálagos, etc.
Como en el caso de los gorilas (en Kibale no hay) se requiere un permiso para realizar el Chimp Track, es decir, la caminata en busca de chimpancés. Lo bueno es que en el bosque seguro veréis otros primates. Os recomiendo guardar media jornada para dar un paseo por la zona de Bigodi swamp, dentro del parque, donde es muy fácil ver monos. Desde el centro de visitantes del Bigodi swamp un guía os acompañará para verlos en paseos de un par de horas.
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Colobo de cola roja en Kibale.
 

Lémures en Madagascar.
Madagascar, la isla de los endemismos, es desde el punto de vista natural un mundo aparte. Flora y fauna únicas. La enorme isla del índico, frente a las costas del sur de África es el único lugar en el mundo donde viven los lémures. Lémures y loris se engloban en una rama diferente del resto de los primates; se trata de primates estrepsirrinos. En el otro suborden, el de los haplorrinos, se incluyen los tarseros, los monos, los grandes simios y los humanos. Desde el aye-aye al lémur de cola anillada, en la actualidad existen alrededor  de un centenar de especies de lémures, que a su vez presentan una gran variabilidad en cuanto a tamaño, costumbres, dietas, locomoción, etc. Los lémures se pueden encontrar en casi cualquier parque o reserva natural de las casi 50 que existen en la isla. Algunos de los más notables son Isalo, Kirindy Mitea, Ranomafana, Anja, etc. o incluso en cualquiera de los Tsingy.


Monos araña en el Lago Atitlán (Guatemala).
Los monos araña son un género de la familia Atelidae al que pertenecen varias especies de primates que se caracterizan por la ausencia de dedo pulgar y la presencia de una larga cola con gran actividad prensil. Viven en una amplia área de distribución que se extiende desde México a Brasil. Resulta complicado seleccionar un lugar donde observar a estos ágiles monos pero un magnífico enclave es la Reserva Natural Atitlán, en Panajachel, a orillas del Lago Atitlán. Parte del encanto de los monos araña es su escasez respecto a otros monos como por ejemplo el mono aullador.
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Mono araña.

 
Monos de cara blanca en Manuel Antonio (Costa Rica).
El mono de cara blanca o capuchino es un mono de tamaño medio, activo,  característico de Centroamérica. Uno de los lugares más representativos y donde mejor se observan es el parque nacional costarricense Manuel Antonio. Junto a las iguanas, aportan un toque exótico a la selva que envuelve a las magníficas y salvajes playas de este espacio natural en la costa del Pacífico. En este parque están muy acostumbrados a la presencia humana y se pueden fotografiar con total tranquilidad y desde muy cerca. Se trata de un mono inconfundible, de color negro o marrón oscuro, con los alrededores de su desnuda cara, los hombros y el pecho de color crema, blanquecino.

Mono aullador en Chiapas (México).
El mono congo es más conocido como aullador por los sonidos que emiten los machos para marcar territorio. Incluso se escuchan a 8-10 kilómetros de distancia, y los emiten sobre todo al amanecer y al atardecer. Una de las bandas sonoras más representativas de los bosques de Centroamérica.
Se distribuye desde México hasta Perú y es una especie abundante en las selvas centroamericanas. Son monos diurnos y gregarios, que viven en grupos de alrededor de una veintena de individuos. Es una especie fácil de observar y fotografiar. La selva Lacandona, en Chiapas, es sólo un ejemplo de la lista de buenos lugares para escuchar y encontrar monos aulladores. Saraguatos se llaman en México.

Mono aullador negro.
 

Macacos del Atlas (Marruecos).
De la misma forma que el orangután es el único gran simio presente fuera de África, el macaco del Atlas o de Berbería, es el único macaco que se encuentra fuera de Asia. Presenta además la particularidad de ser el único primate (además del hombre) que habita el continente europeo. Son monos de talla media y se distribuyen en el norte de África y en Gibraltar. Las montañas marroquíes del Atlas medio, es uno de los lugares donde se pueden observar con mayor facilidad. Para verlos lo mejor es ir al parque nacional d’Ifrane. La carretera que une Meknés y Azrou atraviesa el parque y a su paso por el bosque de cedros, su hábitat preferido, el encuentro con estos primates está garantizado. Incluso a pie de carretera.
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Macaco del Atlas
 

Amazonas (Ecuador).
Los primates habitan zonas tropicales y subtropicales de América, África y Asia. En el continente americano alcanzan su cénit en cuanto a número de especies y biodiversidad en el Amazonas. La propuesta amazónica podría valer tanto para las cuencas peruanas, como colombianas, brasileñas, etc. pero me he decidido por la de Ecuador y la variedad de paisajes que se atraviesan hasta llegar al principal afluente ecuatoriano del Amazonas: el río Napo. Se pueden observar varias especies de primates e incluso existe un centro para la recuperación de primates gestionado por la comunidad indígena local, a 8 km. de Punta Ahuaho. Desde el propio aullador o mono araña hasta el tití pigmeo o el micos bebeleches entre otras de las al menos 19 especies diferentes que habitan en el Amazonas de Ecuador. Yo lo visité en una de las actividades organizadas desde el lodge de la Casa del Suizo, a orillas del Napo.
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... y ahora que estoy terminando el post me acuerdo de los buenos momentos vividos con los langures en Ranthambore (India), los macacos en Nepal o los colobos blancos y negros en Kenia..., lo dicho, ¡qué complicado resulta seleccionar 10 de la presente lista!.- Espero que al menos os guste y desde luego os invito a ampliarla.

martes, 12 de marzo de 2013

Reserva natural Isola Bella, icono de Taormina

Isola Bella desde el mirador Guardiola Vecchia, en Taormina.
 

Isola Bella es una reserva natural de gran relevancia y popularidad en la isla de Sicilia. Se encuentra en la costa de Taormina, al oeste de la isla italiana, en la población más bonita y turística de Sicilia.

La isla se puede “visitar” tanto por tierra como por mar. Es cierto que la diminuta isla no es más que un islote en el que en realidad no se puede poner pie a tierra, pero su estética, no puedo negarlo, es bonita.

La curiosa torre de birdwatching
 

Hasta su declaración como Reserva Natural pasó por diferentes manos privadas. Quizá una de las más importantes fueron las de Lady Florence Trevelyan (1852-1907), construyó en los jardines de Taormina, una de las primeras torres para birdwatching de cuantas se tiene constancia en esto de la observación de aves. De estilo arquitectónico peculiar, pasar largos ratos observando los pájaros que se sentían atraídos por las numerosas especies de plantas de su jardín, era una de sus principales aficiones. Tal vez la principal. La torre o castillo sigue en pie en los bien conservados jardines y merecen una visita.

Otras grutas en la parte sur.

Muy cerca de los jardines se disfruta de una magnífica visión cenital de la isla desde un par de lugares estratégicos en el pueblo de Taormina. Por un lado el mirador junto a la torre del reloj, en la propia vía Umberto (la principal calle peatonal) y por otra parte desde el mirador de Guardiola Vecchia, justo encima de la isla.

 

Una vez disfrutada su localización “aérea” decidí acercarme más al islote, y lo hice de dos formas: caminando cuando, en marea baja, una lengua de arena y cantos rodados la unen a tierra cambiando por momentos su condición insular por la de península, y también desde el mar. Para la primera opción basta con bajar en teleférico desde la parte alta del pueblo hasta la playa (unos 3 euros ida y vuelta) o bien ir en vehículo.

Grotta Azurra.
 

Para la segunda alternativa, por vía acuática, se organizan excursiones marítimas desde la propia playa o desde el cercano puerto de Giardini Naxos. A la isla no se puede desembarcar pero su visión exterior bien vale la pena. El resto de la pequeña reserva se caracteriza por unas aguas de gran claridad y riqueza marina. En las inmediaciones existen algunas cuevas que se pueden visitar para realizar snorkelling y contemplar la fauna marina invertebrada aferrada a sus paredes rocosas así como la ictiofauna asociada. La cueva más espectacular es la grotta Azurra. La cueva azul. Se entra con el barco y en las horas centrales del día la luz penetra por debajo y el agua adquiere una tonalidad azul bellísima. Casi irreal. En los acantilados meridionales existen otras cuevas, más pequeñas. En la navegación se puede llegar incluso hasta el cabo de San Alessio. En definitiva unas panorámicas de la costa diferentes y siempre recomendables. También del Etna, con la imagen del mar y el volcán que a tantos cruceristas atrae cada año hasta el puerto de Giardini Naxos.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Elefantes marinos en Península Valdés

Las hembras llegan para criar y mudar la piel.


Estos días pasan muchas cosas en Península Valdés. Los animales no descansan en esta reserva faunística de primer orden mundial. Marzo no es el mes para ir a este rincón de la Patagonia Argentina a ver ballenas francas australes, pues hace casi tres meses que los gigantes del mar se marcharon y no regresarán hasta julio, pero el calendario animal de Península Valdés no descansa. Marzo es el último mes de cría de los pingüinos magallánicos antes de que se marchen hasta septiembre, y es un buen mes para dejarse cautivar por la presencia de las orcas en las costas de la península. Es en estos días cuando pueden sorprender al visitante con alguna de las escenas de caza de estos cetáceos varando en las playas tras la irresistible silueta de los leones marinos. No dudan en sacar medio cuerpo fuera del agua para atrapar su comida y realizar enérgicos movimientos ventrales para regresar al agua, su medio natural que en estos días abandonan por unos instantes.

 

Caleta Valdés.
Los que no se marchan a ningún lado y constituyen parte de la fauna residente de Península Valdés son precisamente los lobos marinos de un pelo  (con un buen número de loberas situadas a lo largo de la costa) y los elefantes marinos. Aquí es donde me quiero detener hoy, frente a estos enormes pinnípedos.

 

Si importante por lo que representa su población es la pingüinera de Punta Tombo, a un par de horas al sur de la península, no menos significativa es la colonia de elefantes marinos de Península Valdés, la única elefantería continental de estos mamíferos marinos bien adaptados también a la vida terrestre. Se pueden ver en varios puntos de la costa, cuando la llegada para reproducirse multiplica su presencia en las playas. Cientos de harenes se reparten a lo largo de los 200 km. de litoral. Más de 20.000 elefantes marinos (y en crecimiento) en el considerado como único apostadero continental de este pariente de las focas: Faro Punta Delgada colonia con aproximadamente un centenar de elefantes marinos, Punta Cantor en Caleta Valdés, etc. son algunos de los mejores lugares para verlos.

Macho junto a unas crías.
 

Atrás quedaron aquellas décadas de la  primera mitad del siglo XX cuando se cazaban indiscriminadamente. Ahora viven y se reproducen tranquilamente en este paraíso natural de 30.000 kilómetros cuadrados llamado Península Valdés.

Punta Delgada.
 

Los elefantes marinos presentan dos especies diferenciadas por su ubicación geográfica, una al norte que se distribuye por la costa oeste de Norteamérica, y otra conocida como la del sur, en la parte meridional del continente americano y Oceanía. Esta última es la que presenta los machos de mayor tamaño, con hasta 6 metros de largo y cuatro toneladas de peso son los pinnípedos más grandes que jamás han existido. La población de Península Valdés es la más septentrional de la especie sur. A sus costas llegan los grandes machos en agosto y unos días después las hembras para criar.

¿Os imagináis ver a uno de estos grandes machos cara a cara sobre la arena y los cantos rodados de la playa? Ya sabéis donde dirigiros…

 

 

Por cierto, mi foto de perfil de Twitter es precisamente en la playa de la pingüinera de Punta Tombo.

viernes, 1 de marzo de 2013

Guepardo rey

Guepardo rey, una mutación que origina individuos mayores y con distinto dibujo

Mis primeros safaris africanos se centraban como suele ser habitual en la búsqueda de los Cinco Grandes (Big Five), ya sabéis: león, leopardo, rinoceronte, elefante y búfalo. Con el paso de los años mis sucesivos viajes a África se fueron centrando en los parques y reservas no tan turísticos, en paisajes diferentes a la tradicional y siempre espectacular sabana, en especies menos populares; y me fueron descubriendo un mundo animal mucho más sorprendente, en el que tienen cabida especies endémicas muy localizadas, eanimales raros, o incluso especies que aunque son tan populares como el león o el guepardo, presentan mutaciones genéticas que dan lugar a fenotipos tan espectaculares como los leones blancos, a los que dediqué un post en fechas recientes, o el guepardo rey. Hoy quiero presentaros a este último, uno de los felinos más raros de cuantos existen.

 

Al igual que en el caso de los leones blancos, se trata de un animal de la misma especie que el guepardo normal (Acinonyx jubatus) pero que tiene un gen recesivo que muy de vez en cuando aflora (parece que sólo presente en machos) y da lugar a una curiosa mutación. En esta ocasión el gen recesivo proporciona un patrón en el pelaje de manchas más oscuras y alargadas, a modo de bandas, que las de su “hermano”, también un mayor tamaño corporal, de ahí que tras el primer ejemplar documentado (Zimbabwe 1926) se le bautizara como guepardo real e incluso fuera descrito como una nueva especie: Acinonyx rex. Estudios posteriores demostraron que se trata de una variedad genética de la especie ya conocida.

Manchas más oscuras y longitudinales.
 

Sin embargo parece que la mutación del guepardo rey no parece tener éxito a tenor de la ínfima presencia en la naturaleza. Las observaciones y citas en estado salvaje se cuentan con los dedos de una mano, más fruto de leyendas que de observaciones certeras. Quizá porque son más vulnerables a las enfermedades y seguramente también porque son desplazados por los guepardos normales. En cualquier caso ahí está este precioso animal que hoy quiero presentaros. Las fotos las tomé en el centro de recuperación de vida salvaje de la Reserva Kapama, en Sudáfrica. En este país existen otros centros donde desarrollan programas de investigación, cría, etc. como es el The Ann van Dick Cheetah Centre (De Wildt).