miércoles, 29 de octubre de 2014

Las Cataratas más espectaculares del mundo

Salto de la Herradura, en las cataratas del Niágara

Al menos de mi mundo... Es este un ranking personal, es decir, que seguro las hay más espectaculares pero como siempre en este blog, hago referencia a los lugares que conozco. Aún así los tres primeros puestos parece que no ofrecen duda…

Salto Angel, Venezuela.
Salto Angel (Venezuela).
Sin duda el más espectacular salto de agua de cuantos he visitado. Lo de “salto”  le viene al pelo a la catarata “descubierta” por Jimmy Angel pues el agua que discurre por la cima plana del Auyán Tepui, en la Gran Sabana venezolana, se precipita al vacío en una vertiginosa de casi 1 kilómetro de caída. 979 metros es lo que mide esta cascada, la más alta del mundo. Llegué hasta el Salto Angel remontando el río Churún en 2002. Acceder luego a pie hasta isla Ratón y ver el salto desde abajo es algo que no olvidaré jamás, como el viaje en su conjunto en el que realicé el trekking hasta la cima del Auyán Tepui. Desde Canaima (en la laguna hay también bellas cascadas) se organizan vuelos panorámicos. Inolvidable. Más info.

Cataratas de Iguazú desde los miradores brasileños.
Iguazú (Argentina-Brasil).
No es la más alta, ni la más grande pero si la que mayor número de saltos posee. En total 275 cascadas de diferente tamaño que conforman las imponentes cataratas de Iguazú. El entorno selvático se encarga de envolver con el mejor papel de regalo este presente para los sentidos. He estado un par de veces, pero volvería las que hicieran falta. Os recomiendo visitar ambos lados de las cataratas, el de las pasarelas argentinas y el lado brasileño, cada uno aporta lo suyo. Más info.

Cataratas Victoria, entre Zambia y Zimbabwe
Cataratas Victoria (Zambia-Zimbabwe).
Por muchos motivos es una de mis preferidas. Estas si son las mayores cataratas del mundo, pues se trata de un solo salto de casi 2 kilómetros de ancho. Su altura, sobre 100 metros, no es excesiva pero si el volumen de agua. No existe en el planeta otra cascada que mueva 500 millones de litros de agua por segundo, produciendo una columna de vapor de agua que se puede ver a kilómetros de distancia (Mosi oa tunya, es como se llama en la lengua local y que podría traducirse como “la humareda que ruge”). He tenido la fortuna de verla en diferentes épocas del año, con más agua, con menos agua… Siempre magnífica. Más info.

Niágara desde el lado canadiense.
Cataratas del Niágara (Canadá-EEUU)
Confieso que me ha costado incluir las Cataratas del Niágara en esta lista. Sólo haciendo un ejercicio de abstracción urbanístico que han convertido a este impresionante enclave natural a caballo entre Canadá y Estados Unidos en un parque temático del agua, puedo incluirlas en mi ranking. Sus méritos naturales están sobrados para ser una de las más espectaculares del planeta. Especialmente la cascada de la Herradura. Más info.

Cascada Velo de Novia, en el estado mexicano de Chiapas
Velo de Novia (México).
Llegué hasta esta deliciosa cascada sin saber lo que me iba a encontrar. Desconocía su existencia hasta que el guía me invitó a hacer una parada en aquel viaje por Chiapas. Rápidamente me enamoró. No se si por el nombre que recibe debido a su forma cuando se desploma por la pared desde 70 metros de altura. Forma parte de las cascadas del Chiflón y es la más alta de las cascadas del río San Vicente (el Suspiro, Quinceañera, etc.). Una grata sorpresa en tierras mexicanas que me conquistó por su conjunto. Más info

Cascada grande de Plitvice, paraíso natural croata
Plitvice (Croacia).
Al igual que en el caso anterior, la cascada grande de Plitvice, sin ser espectacular en si misma (78 metros), es la mayor de entre todas las que se encuentran en el parque nacional de los lagos de Plitvice. El entorno, encajonada en este cañón, y sobre todo los espectaculares lagos que la rodean hacen que la experiencia de visitarla bien merezca estar en el ranking de las más espectaculares del mundo. Más info

Valle de Huanglong, en China
Huanglong (China).
Cuando uno llega al valle de Huanglong, en el corazón de las montañas de Sichuan, y lo recorre a pie, va descubriendo pequeñas cascadas y saltos de agua. Recuerdan a la de Pamukkale en Turquía, por ejemplo. En el caso chino, las cascadas por separado quizá no dicen nada, pero en realidad forman parte de la que es la mayor cascada travertina del planeta. Una cascada que en suave desnivel se va “desparramando” a lo largo de ¡7 kilómetros! Formando el fondo del valle de Huanglong. Un sendero permite ir recorriéndola. Más info

Cascada de Skögafoss, en el extremo sur de Islandia

Skögafoss (Islandia)
No es la mayor cascada de Islandia pero personalmente me pareció espectacular por la belleza del rincón que ocupa. Tiene una altura de casi 70 metros y quiero incluirla en la lista como representante del país de las cascadas: Islandia, uno de mis destinos favoritos. Allí se encuentran otras cascadas como Gullfoss, de mucha mayor envergadura, Godafoss o Dettifoss, la cascada más caudalosa de Europa. Sorprendentes son también Svartifoss y sus columnas basálticas, y Seljalandfoss, que se puede recorrer por su interior. Más info




Completarían esta lista otros saltos de agua que encuentro fascinantes, por diversos motivos, a falta despacio en el post al menos quiero mencionarlos. Desde la más alta de Europa, la cascada de Gavarnie (Francia) hasta la que probablemente es la más ancha del mundo, los saltos del Moconá (Argentina) pasando por otros pequeños rincones acuáticos del planeta como la cascada Thomson (Kenia), Murchinson (Uganda), las del valle de Ordesa (España), el Salto del Limón (República Dominicana), la cascada de Chamarel (Isla Mauricio), las cascadas del Valle de Rutor (Italia) y un larguísimo etcétera.

lunes, 20 de octubre de 2014

6 safaris "secretos" de África

 
El Kilimanjaro desde Tsavo West, en Kenia.
Cuando uno viaja suele hacerlo a un destino previamente elegido y cuando es con un viaje organizado, siguiendo un programa concreto con unas visitas predeterminadas. Cuando se viaja por libre, hay mucha más flexibilidad en el itinerario y el programa está generalmente más “abierto”. Usualmente son perfiles de viajeros diferentes que buscan  cosas diferentes. En ambos casos suele haber a lo largo del viaje lugares con los que uno no cuenta a priori y que suelen ser una gratísima sorpresa; en ocasiones incluso mejor que los sitios que ya se tenían en mente. A continuación quiero compartir con vosotros algunos de esos lugares con los que de una u otra forma me he ido topando o he ido descubriendo a lo largos de mis viajes africanos por el Este y Sur del continente y que considero “joyitas” desconocidas. No son lugares de esos que uno se llevaría a la tumba como secreto inconfesable ya que de hecho son sitios en algunos casos muy conocidos en sus respectivos países, pero al ser lugares que normalmente no se suelen ofrecer directamente en agencias de viaje, etc. y son por ello desconocidos para el gran público, he querido compartirlos con vosotros. Quizá algunos de ellos si los conozcáis, si no, no dudéis en incluirlos en vuestros programas de viaje...

Hace unos días dedicaba un post a los Safaris Clásicos en África y comentaba que había lugares para safari que personalmente me habían fascinado y no eran tan conocidos, pues bien, consciente de que me dejo muchos, al menos aquí van media docena de ellos:
Hipos, búfalos y cormoranes en el canal Kazinga, Uganda

Canal Kazinga (Uganda): Uno da con él cuando decide visitar el parque nacional Queen Elizabeth, uno de los más importantes de Uganda. Es un parque grande, dividido en diferentes sectores que requiere por ello al menos un par de jornadas de safari. El sector Ishasha, por ejemplo, es célebre por sus leones trepadores y la garganta Kyambura por sus chimpancés. Una de estas jornadas suele centrarse en la zona de la península de Mweya, y ahí es donde está el canal Kazinga. Se trata de un canal de casi 40 kilómetros de largo construido para comunicar el lago George y el lago Eduardo. Un auténtico paraíso para birdwatching (con suerte se puede ver el pico zapato) en el que se observan además monos, elefantes, hipopótamos (dicen que la mayor densidad en África), búfalos, etc. Se recorre mediante safaris en barca de 1-2 horas en la zona de la desembocadura del lago Eduardo.
 
Chimpancé en Uganda
Bosque de Kibale (Uganda)
No es un lugar desconocido, ni mucho menos. Se trata del mejor lugar del planeta para ver chimpancés en libertad, pero a menos que uno vaya buscando esta actividad de caminata para ver chimpancés, lo normal es que no lo conozca. Suele incluirse en los safaris por Uganda y si no tenéis muy claro si visitarlo o no, os recomiendo fervientemente no pasarlo por alto. Se trata de un bosque muy bien conservado en algunas de sus zonas como bosque primario, célebre por albergar la mayor densidad de chimpancés y por ser el hogar de otras 12 especies más de primates, además de infinidad de aves y mariposas. Y ya que estáis aquí no os vayáis sin visitar los humedales de Bigodi, hogar del Gran Turaco azul.
 
Klipspringer en la lava de Shetani, Tsavo
Lava de Shetani (Kenia)
La colada de lava de Shetani se encuentra en el parque nacional Tsavo West. Se trata de una gran lengua de lava tipo aa y tipo pahoe hoe (de aspecto bien diferente, rugoso la primera y suave la segunda) procedente de los jóvenes volcanes Chyulu y formada hace apenas 200 años.
En la lava de Shetani y sus alrededores inmediatos he encontrado desde klipspringers (pequeño antílopes de roca que les gusta caminar por este suelo pedregoso) o monos hasta leopardos en un mismo día. Y por si el paisaje de la colada y su sorprendente densidad de fauna fueran poco, encima tiene el telón de fondo hacia el oeste de los volcanes Chyulu y, hacia el sur, del Kilimanjaro. Brutal.
 
La llegada por aire al archipiélago de Bazaruto ya es un espectáculo.
Playas de Bazaruto (Mozambique)
Probablemente las playas más paradisíacas de África se encuentren en este archipiélago del Índico. Muy cerca de la costa continental mozambiqueña, son el  final perfecto para cualquier viaje. Sobre todo si vais a Sudáfrica. No es un lugar barato ni mucho menos pero desde el punto de vista natural estas islas son un paraíso para los cetáceos. Son célebres también por sus dunas y como santuario para el dogón y las tortugas marinas. Todo el archipiélago es parque nacional marítimo-terrestre con una excelente biodiversidad.
 
Uno de los grandes elefantes de Sinya, al norte de Tanzania.
Sinya (Tanzania)
Llegué a él en 2003 de la mano de sus principales valedores, la gente de Tanganyka Wilderness Camps, que gestionan desde hace años el fabuloso camp Kamby ya Tembo al pie del monte Kilimanjaro. Un lugar tranquilo en territorio masai, apartado, y donde vive una de las mayores (y más saludables) poblaciones de elefantes de África, entre los que se encuentran enormes machos de 7 toneladas. Los paquidermos están dentro del corredor biológico Kilimanjaro-Tarangire, si bien sus elefantes –buena parte de ellos residentes- se mueven entre Sinya y los vecinos manantiales de agua de Amboseli (Kenia).
 
Elefantes en el parque nacional Addo Elephant, Sudáfrica.
Addo Elephant (Sudáfrica)

Con este nombre ya habréis adivinado que la cosa va también de elefantes. En efecto, este pequeño parque sudafricano (a una hora de Port Elizabeth) presume de poseer la mayor densidad de elefante del continente. Os confieso que Addo Elephant me conquistó desde el momento en que puse un pie en él. Un lugar diferente, un parque marítimo-terrestre que pasa por ser el único parque nacional del mundo donde se pueden ver los Big Seven, si los Siete Grandes: león, leopardo, búfalo, elefante, rinoceronte, ballena franca austral y tiburón blanco ¿se puede pedir más?

domingo, 12 de octubre de 2014

Gansbaai, al encuentro del Gran Blanco


A un par de horas de Ciudad del Cabo, el pequeño pueblo costero de Gansbaai se ha convertido en la capital del tiburón blanco. Varias empresas atienden la creciente demanda de los visitantes que quieren tener un encuentro cara a cara con el Gran Blanco.

Existen excursiones que navegan para observar a los tiburones en superficie, pero la experiencia más solicitada consiste en meterse en una jaula y sumergirse frente al más temido de los escualos. Tras un desayuno de bienvenida y un briefing sobre la actividad (no es necesaria experiencia previa ni titulo de buceo. Se facilita el equipo necesario), se navega durante unos 15 minutos hasta las inmediaciones de la isla Dyer antes de echar el ancla y el cebo que atrae a los tiburones. No tardan en aparecer los primeros individuos. Desde la borda de la embarcación observar a estos robustos condrictios de 6-7 metros de longitud es algo difícil de olvidar, pero sumergirse en una jaula junto a ellos, deja sin palabras a cualquier visitante.
 
Entrando en la jaula... 
En el trayecto de ida a la isla recuerdo cómo de pronto algo saltó por los aires. Rápidamente la embarcación detuvo su marcha y todos nos agolpamos en el costado de estribor. De nuevo la silueta negra ascendió por el aire. Se trataba de un tiburón blanco cazando una foca, su alimento favorito. Antes de comérsela, el escualo juega literalmente con su presa lanzándola una y otra vez al aire con una facilidad pasmosa. Un verdadero muñeco de trapo de 150 kilos en manos de una máquina de matar de 1,5 toneladas. La conmovedora escena duró apenas dos o tres minutos más hasta que el león marino desapareció bajo el agua. 

Sumido en el nerviosismo de lo presenciado y conmovido por la crueldad de la escena pero conocedor de la necesidad de que ésta ocurra para el equilibrio de la pirámide trófica, llegamos enseguida frente a la isla Geyser. A estas alturas, cuando apenas ha comenzado la actividad, medio pasaje se encuentra vomitando por la borda… las corrientes son importantes en esta parte del Índico (consejo no ingerir líquidos desde 1 hora antes de embarcar).


Cerca de la isla, la embarcación pone proa contra las olas y echa el ancla. Enseguida se empieza a preparar el cebo con sangre y restos de enormes pescados diluida en agua de mar. El cebo líquido se echa por la borda y el olor a sangre se encarga de atraer a los escualos.

Distribuidos previamente durante el briefing en turnos de 4 personas, los que caben a la vez en la jaula (la capacidad de la jaula puede variar en función de la empresa organizadora), me introduzco junto a mis 3 compañeros de experiencia entre los barrotes y nos sumergimos hasta quedar con la cabeza fuera del agua. El corazón a mil por hora. La otra mitad del pasaje se encarga de suministrar más cebo por la borda… A duras penas creo que fui el único de los 14 que aguantó el tipo sin vomitar!!
 
Con mis compañeros de jaula a la espera de sumergirnos.
El capitán lanza y recoge un segundo cebo con cabezas de atún sucesivas veces para colocar a los tiburones frente a la jaula mientras nos indica el lado por donde se aproxima el tiburón y arrastra el cebo hacia los barrotes a la vez que cogemos aire y nos sumergimos para ver la Gran Blanco bajo el agua. Algunas empresas realizan la actividad con reguladores para aguantar más tiempo bajo el agua. El proceso se repite varias veces, de forma que cada buceador tiene diferentes oportunidades de ver a los tiburones.
Los tiburones no dudan en saltar fuera del agua para atrapar el cebo produciendo el deleite y los gritos de asombro del resto del pasaje en la cubierta. Bajo el agua o desde la cubierta, contemplar 3-4 tiburones blancos nadando en círculos a escasos metros alrededor del barco es algo que no se olvida.

La isla Geyser, donde habita una nutrida colonia de focas, garantiza la presencia de una alta densidad de tiburones en la bahía. Probablemente la mayor densidad de tiburón blanco del planeta. Existen excursiones que se acercan a la isla para fotografiar, con suerte, cómo los tiburones se alimentan de las focas, su presa favorita. Otros grandes escualos presentes en la conocida como “Bahía de los Tiburones” son el tigre, el toro, el mako o el azul.

A pesar de que los mareos son frecuentes y la visibilidad subacuática no es la mejor debido a las partículas en suspensión arrastradas por las corrientes (perdón por la calidad de las fotos bajo el agua...), la experiencia de sumergirse frente a un tiburón blanco no se olvida nunca. Brutal!!

Puedes encontrar más información sobre esta experiencia en mi guía de Safaris Fotográficos en Sudáfrica.
Feliz, tras esta inolvidable experiencia con el tiburón blanco

jueves, 9 de octubre de 2014

Safaris clásicos en África



Como siempre digo, un safari fotográfico es un tipo de viaje que ha de hacerse al menos una vez en la vida. Digo al menos porque, una vez hecho uno, lo complicado será no querer hacer más… Ya se sabe que lo del “Mal de África” no es casualidad y el que va, repite. Normalmente varias veces… si no, que me pregunten a mi.

A la hora de hacer esta selección y sin que sirva de precedente, creo que no me ha costado mucho elegir los destinos clásicos para hacer un safari inolvidable. Incluso para los que tienen claro que sólo van a ir una vez. ¿Cuál es el mejor lugar para hacer un safari? Eso si es complicado… cada enclave tiene cosas diferentes, distintos paisajes, diferentes animales.


Hablando siempre del África oriental y meridional, el eterno destino para este tipo de viaje (por cierto que safari en swahili significa precisamente eso: viaje) y consciente de que me dejo muchos lugares en el tintero, los que no pueden faltar en la lista de destinos clásicos de Safari son:

Cráter del Ngorongoro

Cráter del Ngorongoro (Tanzania). Diferente a todo lo demás. Una gran caldera volcánica de 20 kilómetros de diámetro en cuyo fondo viven unos 25.000 animales de forma permanente. Algo así como el Arca de Noé en el fondo de un plato sopero. Remontar sus laderas selváticas y descender en 4x4 hasta el fondo del cráter para disfrutar en una jornada de safari (tiempo suficiente para recorrerlo) es inolvidable. Se observan diferentes ecosistemas y una gran cantidad de fauna entre la que destacan los rinocerontes negros y los leones de melena negra. ¿Cuándo ir? Todo el año, pero quizá os recomiendo el mes de mayo, cuando la explosión floral tiñe de amarillo el fondo del cráter. ¿Qué no te debes perder? La zona de Mandusi swamps. ¿Un enclave curioso? La tumba de los Grizmek, en el borde del cráter, dos alemanes (padre e hijo) considerados los artífices en cuanto a la protección del parque nacional Serengeti y del Área de Conservación del Ngorongoro.

Ñús cruzando el río Mara

Masai Mara (Kenia). El río que da nombre a esta reserva nacional al sur de Kenia es sinónimo de grandes documentales. En las orillas del río Mara y en el resto de superficie de este espacio protegido, continuación natural del Serengeti tanzano, se vive África salvaje en estado puro. Sus praderas de hierba roja son un imán para los ñús, cebras de Burchell, gacelas de Thomson y gacelas de Grant, que se mueven cada año entre Tanzania y Kenia protagonizando la Gran Migración. En su camino deberán cruzar el río Mara en varias ocasiones, el guión perfecto para el mejor documental. Si el cráter del Ngorongoro alberga la mayor concentración estable de vida animal del continente y probablemente del planeta, no muy lejos, Masai Mara alberga la mayor concentración de fauna migratoria. ¿Cuándo ir? Impresionante todo el año pero si buscáis la gran migración, ha de ser entre julio-finales de octubre, si bien cada año puede oscilar en función las lluvias. ¿Qué no te debes perder? El río Mara y si te lo puedes permitir (450 $), un vuelo en globo por la sabana. ¿Un enclave curioso? El río Talek, afluente del Mara, siempre depara encuentros faunísticos inolvidables.

Leones en la Reserva Sabi Sabi, en Kruger.

Kruger (Sudáfrica): el gran parque sudafricano por excelencia y uno de los míticos del continente. Probablemente el mejor lugar de África para observar a los Cinco Grandes (Big Five): león, leopardo, rinoceronte, elefante y búfalo. El enorme parque nacional Kruger forma parte del Gran Limpopo (junto a los parques Limpopo de Mozambique y Gonarezhou de Zimbabwe) y es la mejor representación de sabana arbolada de mopane del Zambeze. En sus lindes existen reservas privadas con los lodges más exclusivos de África. ¿Cuándo ir? En el invierno austral, cuando mejor se ve la fauna gracias a que la cobertura vegetal (el bush) es menos densa. ¿Qué no te debes perder? El río Sabi, que alberga la mayor densidad de leopardos del continente negro, y la panorámica desde la cima del kopje conocido como la roca Skukuza, en Kruger Sur. ¿Un enclave curioso? La zona de Timbavati, en Kruger Centro, donde viven los leones blancos (¿albinos? no, blancos, te lo cuento aquí).

Elefantes en el delta del Okavango

Delta Okavango (Botswana): Paisaje espectacular y vida animal se combinan para formar uno de los lugares más impresionantes de la Tierra. Se trata del mayor delta interior del mundo y uno de los destinos de safari más exclusivos y selectos. De entrada, hay que llegar en avioneta… manadas de elefantes, búfalos, los cinco grandes y probablemente el mejor lugar para observar al escaso y siempre esquivo licaón o perro salvaje africano. Se realizan safaris en 4x4, a pie, en barco, en mokoro (pequeña barca tradicional), a lomos de elefante… ¿Cuándo ir? En época seca (entre julio y octubre) cuando la superficie inundada del delta es menor y la fauna se concentra en las orillas. ¿Qué no te debes perder? La Reserva de Moremi y un paseo en mokoro. ¿Un enclave curioso? La Lengua de Mopane, superficie estratégica como corredor migratorio para los elefantes entre el delta y el área de Chobe.

Serengeti, la vida y la muerte en la sabana

Serengeti (Tanzania): Sólo nombrarlo ya es sinónimo de safari perfecto. El ecosistema Serengeti, del que forman parte el parque nacional homónimo en Tanzania y Masai Mara en Kenia, tiene en tierras tanzanas el horizonte de llanura sinfín que significa su nombre en swahili. Los paisajes africanos y atardeceres siempre soñados. ¿Cuándo ir? Todo el año. Entre noviembre y junio en la vasta superficie del parque se mueve la gran migración. ¿Qué no te debes perder? La zona de Seronera, un valle en la parte central y más visitada del parque, donde vive probablemente la mayor densidad de depredadores (leones, leopardos, hienas y guepardos) de África. ¿Un enclave curioso? La zona de Lobo, donde habita la mayor cantidad de elefantes del parque y el mejor enclave para safaris en época seca.

Kobos de Uganda

Queen Elizabeth (Uganda): El hermano pequeño de la lista. Más desconocido y menos visitado que los cinco anteriores es uno de los parques nacionales más importantes de Uganda. El que más se parece a las sabanas de Kenia o Tanzania. En Queen Elizabeth viven cuatro de los Cinco Grandes (excepto el rinoceronte) pero se pueden observar otros animales como el kobo
de Uganda, un antílope parecido a un impala muy abundante en el parque. Queen Elizabeth es también famoso por sus variados paisajes. ¿Cuándo ir? Todo el año. ¿Qué no te debes perder? Dos zonas: la región de sus cráteres volcánicos, y el Canal Kazinga, que comunica el lago Eduardo con el lago George  (dos de los grandes Lagos del Rift) y que alberga una de las mayores concentraciones de aves de África. ¿Un enclave curioso? El bosque de cactus candelabro.

No me puedo olvidar tampoco de otros parques y reservas como Amboseli (Kenia), South Lwanga y Lower Zambeze (Zambia), Pilanesberg (Sudáfrica), Hwange (Zimbabwe), Chobe (Botswana) o Etosha (Namibia), pero los clásicos, son los clásicos. Por cierto que haciendo esta lista se me acumulaban los lugares y las vivencias africanas que recomendar y me han entrado unas ganas terribles de hacer otra, pero en la próxima recopilación de enclaves quiero mostraros lugares que personalmente me han fascinado pero que no son tan conocidos. En algunos casos totalmente desconocidos. Sería algo así como sorpresas naturales africanas. Tendrán su oportuno post futuro.