miércoles, 27 de abril de 2016

Observación de osos en los Cárpatos rumanos

Los Cárpatos rumanos poseen la mayor población europea de oso pardo.

Rumanía es probablemente el mejor lugar de Europa para observación de los grandes mamíferos del viejo continente. En este país viven nada menos que unos 6.000 osos pardos (de una población europea censada en unos 17.000 osos), el 40% de los lobos europeos (unos 4.500 ejemplares) y casi el 20% de los linces boreales del continente (algo más de 2.000 linces). Faltaría, eso sí, el glotón para culminar el póker de depredadores. Aunque es en Polonia (y Bielorrusia) donde viven los bisontes europeos en libertad, en Rumanía, como en otros países (incluido España) existen también reservas donde se han introducido. Por lo demás un país excelente para también la observación de castores.

Huella de lobo sobre una de oso.

Y a eso fui hace unos días a los Cárpatos rumanos (a Zarnesti, cerca de Brasov), a tratar de observar sobre todo de osos, linces y lobos. Del primero, hasta un total de 9 ejemplares, el segundo se nos resistió en esta ocasión, y del tercero, un par de ejemplares. Casi nada. Durante las salidas al  campo a primera y última hora del día, cuando los tres son más activos coincidiendo con las horas crepusculares, los rastros de osos y lobos dejaban claro que por aquí se movían a diario. ¡Vaya si se movían!, decenas de rastros de osos y unos 3-4 rastros diferentes de lobo refrendaban la idea de que los montes Bucegi y las montañas del parque nacional Piatra Craului, son sin duda el mejor enclave del continente para observarlos. Bucegi y las montañas vecinas cuentan incluso con una densidad de carnívoros mayor  que el propio parque nacional.
Durante una espera 

Y en la tarea de observarlos en libertad hemos estado centrados mediante diferentes esperas amenizadas con la presencia de innumerables especies de aves y, cuando el sol comenzaba a apretar, también de mariposas. Varias especies de reptiles y sobre todo de anfibios hacían también las delicias cada vez que nos topábamos con alguna de las numerosas charcas durante las caminatas de aproximación.
Panorámica sobre los montes Bucegi

Pero centrándome en el asunto osero, tuvimos ocasión de observar hasta cinco ejemplares en libertad  y cuatro más en el hide de Valea Stramba (que también son salvajes), siempre acompañado de expertos guías oficiales de vida salvaje (está prohibido realizar salidas de avistamiento de fauna sin ir acompañado por guía oficial de vida salvaje). Con esa densidad de osos podéis comprender que el riesgo de peligro por toparse con un plantígrado es más que real…
Llegando al hide de osos en Valea Stramba.

Valea Stramba es un valle situado en las inmediaciones de Piatra Craului, en unas montañas transilvanas cubiertas de bosque. Son unas montañas diferentes al resto del continente por la concentración de osos que habita este bosque, Alrededor de 40 osos, algo extraordinario. Es debido a los programas de estudio científico que se realizan al hide con alimentación suplementaria (vegetales, frutas y en ocasiones carne) destinado sobre todo a fines fotográficos y de avistamiento de proximidad. Aquí se encuentra el hide para la observación de osos (en alguna ocasión ha entrado algún lobo también) y no es rara la presencia de jabalíes y zorros. Incluso una vez un lince (aunque no le seduce especialmente la carroña).
Un par de horas antes de la puesta de sol ya hemos de estar dentro del hide, en silencio. El acceso se realiza acompañados de un guarda armado y caminando unos 300 metros.  Los troncos que rodean a esta caseta elevada están llenos de arañazos de oso. La puerta de madera está totalmente mordisqueada… Sin duda, hay enormes individuos en el entorno.  Impone!!
Marcas de osos en la puerta del hide...

Es justo con las últimas luces del día (normalmente con luz suficiente para observarlos e incluso fotografiarlos) cuando los osos acuden al claro de bosque abierto frente a los cristales tintados del hide. En esta ocasión fueron cuatro ejemplares, primero una cría de 2-3 años con su madre de 22 años que protagonizaron la espera de aquella noche, y más tarde otros dos osos más. Todos de un pelaje mucho más oscuro que los osos pardos ibéricos. De hecho desde los puntos elevados y collados donde realizábamos las esperas de la mañana y la tarde en el parque, los osos se veían como puntos negros.
En la penumbra de la noche aparece un nuevo oso.


Las esperas en el campo y la combinación con una estancia en el hide son la mezcla perfecta para disfrutar de los osos rumanos. Como siempre, el viaje lo realicé de la mano de la agencia española EcowildlifeTravel. La guinda del pastel en la excursión al hide la puso el avistamiento de águila imperial y águila pomerana por la tarde y ya por la noche en el trayecto de salida, el encuentro con el enorme cárabo uralense.

lunes, 4 de abril de 2016

Al fin, el ansiado caracal

Caracal en Serengeti

Acabo de regresar de un nuevo viaje a Tanzania. Han sido casi veinte días recorriendo los parques nacionales del norte del país dentro de mi viaje de autor en colaboración con Ecowildlife Travel a la Cuna de la Humanidad y coincidiendo con la gran migración en tierras tanzanas. En realidad han sido dos viajes en uno pues gracias a la fenomenal acogida de este viaje, el primer grupo de Semana Santa, se amplió con una segunda salida en la semana posterior. Casi 30 viajeros me han acompañado en este primer viaje del año al continente africano (aprovecho para dar gracias a todos ellos). Viajeros que, juntos, hemos tenido ocasión de disfrutar de los paisajes de siempre teñidos de un verde como corresponde a esta época del año a caballo entre el polvo de los días de sol y los barrizales de las primeras lluvias. Los dos últimos días en Serengeti la meteorología dejó claro que la temporada de lluvias fuertes había llegado para quedarse.

Y entre tanta belleza paisajística visitando los parques nacionales de Tarangire, Lago Manyara, Serengeti y el Área de Conservación del Ngorongoro, en ambos safaris el elemento dominante ha sido el afortunado encuentro con los grandes mamíferos.  En total han sido un centenar de leones, 9 rinocerontes negros, 6 guepardos (uno de ellos una hembra con cuatro pequeños cachorros), 7 leopardos y al fin, el ansiado caracal.
Encuentro con el caracal


El viaje ha deparado momentos del día a día de los felinos que siempre son difíciles de observar. Es el caso de la cacería de una cría de ñu por parte de un par de guepardos delante mismo del vehículo (brutal!!) o el árbol de la salchichas donde se encontraban un par de leopardos con la despensa llena (dos gacelas que se comieron también delante de nuestros atónitos ojos). Pero el que ha sido mi encuentro del safari tiene que ver con el caracal (Caracal caracal). Mi primer caracal. Había tenido la fortuna de ver 4-5 servales anteriormente, incluso un gato salvaje africano (especies muy difíciles de ver por su carácter solitario y nocturno) pero nunca antes me había topado con un caracal, felino de tamaño medio, con aspecto de puma y orejas de lince. Algunos se refieren a él como el lince africano. Bello animal que también por su carácter solitario y hábitos nocturnos, no había tenido la fortuna de observar en libertad. Hasta ahora. Ha sido un momento mágico, lejano y fugaz, pero mágico. Allí campaba de regreso a su morada, por las praderas cercanas a Naabi Hill. Las fotos no son las mejores pero si el testimonio de este bello recuerdo, un encuentro que no olvidaré. África, siempre África.